¿Acelera China sus planes para anexionarse Taiwán?

Unas maniobras militares chinas con fuego real a menos de 100 km de sus costas han desatado esta semana las alertas en Taiwán. Es el último de múltiples incidentes que dan credibilidad a la sospecha de que Beijing acelera sus planes de anexión a la fuerza. Donald Trump se ha caracterizado siempre por su firmeza frente a China, uno de sus pocos rasgos en común con Joe Biden. Con la excepción de Elon Musk, su entorno en Washington defiende la mano dura. Otra cosa es que pueda estar dispuesto a un acuerdo con Beijing sobre la isla de Formosa, a la que Trump ha amenazado con aranceles. Desde esa óptica se podrían interpretar los planes del gobierno taiwanés de trasladar a suelo norteamericano parte de su industria, incluida la producción de chips, con el objetivo de sortear los aranceles, pero quizá también de remunerar la protección militar, como se ve obligada a hacer Ucrania al ceder la mitad de sus tierras raras. La inteligencia estadounidense ve bastante probable que China invada Taiwán antes de 2027. En los últimos meses, Beijing ha llevado a cabo un formidable esfuerzo diplomático gracias al que no solo se protege de hipotéticas sanciones comerciales, sino que ha logrado que más del 60% de los países de la ONU respalden hoy su soberanía sobre Taiwán, muchos en términos que legitiman el uso de la fuerza. Alguno de esos países, como Malasia, mantiene disputas territoriales con China. No es irracional. Pese a los esfuerzos de Obama y Biden por establecer alianzas en la región, cada vez es menos probable que nadie considere a EE.UU. como un socio fiable dispuesto a salir en su defensa.