Cuando la santidad es noticia

La Iglesia está de enhorabuena cuando la santidad es noticia. El jueves el Papa firmaba el decreto que reconoce las virtudes heroicas de Juan Pablo I, con lo que “el Papa de la sonrisa” da un paso decisivo hacia los altares. La noticia ha coincidido con la publicación de trabajos que terminan de desmontar las especulaciones sobre la muerte de Albino Luciani. Esto permite centrar la atención en la profunda huella que dejó un pontificado de tan solo 33 días, uno de los más cortos de la historia, pero que fue decisivo en la consolidación de un nuevo estilo de magisterio petrino mucho más cercano a la gente, y seguramente allanó también el camino para la elección de un papa no italiano, Karlol Wojtyla.

La celebración en España era doble, puesto que Francisco reconocía también las virtudes del padre Tomás Morales, fundador de los Cruzados y Cruzadas de Santa María, muy recordado por iniciar las vigilias de la Inmaculada y como impulsor del apostolado de los seglares, en la estela del Concilio Vaticano II. Una Iglesia en salida que intenta vivir su fe con coherencia en medio del mundo se abría paso en un siglo XX regado como ningún otro por la sangre de los mártires. Especialmente cruel fue la persecución en España. 60 beatos de la familia vicenciana se unieron ayer oficialmente a la larga lista de mártires hasta ahora reconocidos durante la persecución de los años 30. Del horror de violencia y odio de aquellos años, lo que pervive son estos testimonios de amor y reconciliación, que anticipan esa vida plena para la eternidad a la que Dios llama a todos los hombres.