Donald Trump y la paz en Ucrania
"Nadie puede desear más que los ucranianos una paz justa y duradera, pero hay muchas dudas de que se esté delineando esa paz"
![Imagen de archivo del encuentro que mantuvieron en la Cumbre de Osaka los dos mandatarios en 2019](https://imagenes.cope.es/files/image_425_238/uploads/2025/02/13/67add480d6435.jpeg)
Escucha la Línea Editorial del jueves 13 de febrero
Madrid - Publicado el
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Tres semanas después de que Trump llegara a la Casa Blanca, el mandatario norteamericano ha asumido el rol de árbitro mundial y ha conversado durante hora y media con el líder ruso, Vladimir Putin, para acordar las bases de una futura paz en Ucrania. Solo después ha conversado con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, sin haber acordado con él los términos de la llamada a Putin, para iniciar un proceso en el que la Unión Europea ha sido dejada al margen. Así funciona Trump, que en una sola jugada ha sacado a Putin de su aislamiento internacional, ha dejado claro a Ucrania que no tiene posibilidad alguna de entrar en la OTAN, y ha quebrado el vínculo trasatlántico con una innecesaria humillación a la Unión Europea.
Nadie puede desear más que los ucranianos una paz justa y duradera, pero hay muchas dudas de que se esté delineando esa paz. Ucrania ha luchado heroicamente para que se respete su integridad territorial y su libertad, y de paso ha frenado los deseos imperiales de Putin que no deberían verse avalados por una negociación en la que los ucranianos sean poco más que unos convidados de piedra. La ansiada paz en Ucrania solo será firme y duradera si se basa en un orden justo, de otro modo será la semilla de futuras violencias en el corazón de Europa. Tendremos que esperar a la Conferencia de Seguridad de alto nivel que se celebrará en Múnich este próximo fin de semana para conocer más en profundidad el plan, pero los modos tabernarios de Trump y, lo que es peor, los argumentos que ha esgrimido, no inspiran ninguna confianza.