Una ley de medios innecesaria

El Consejo de Ministros aprobó ayer el anteproyecto de la Ley de servicios digitales y medios de comunicación. Al margen de que la doctrina clásica afirma que la mejor ley de medios de comunicación es la que no existe, el cambio tencológico y el desarrollo de los nuevos medios y las redes sociales han incrementado la posibilidad de creación y difusión de bulos y noticias falsas. Un proceso que se utiliza para manipular y radicalizar a la opinión pública agudizando los procesos de polarización social y alimentando fenómenos como el populismo.

El reciente Reglamento de medios aprobado por la Unión Europa asentaba un marco común de actuación que ahora el gobierno socialista aprovecha para sacar adelante una ley con algunas preocupantes propuestas destinadas al control de los contenidos informativos. Un fin bueno no puede convertirse en coartada para imponer un régimen de control y censura de los medios de comunicación en una sociedad democrática.

Es preocupante la creación de un registro estatal de medios a cargo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, cuyos miembros los nombra el Gobierno a propuesta del Ministerio de Economía. Una Comisión que tendrá la facultad de enviar inspecciones y multar con sanciones de hasta 600.000 euros. Además, se plantea la posibilidad de suspensiones temporales de la actividad para los infractores, lo que supone una inaceptable intromisión del Estado en el ejercio de la necesaria libertad de expresión en democracia.