Poner en la diana a los menores son palabras mayores

La irresponsabilidad de algunos durante el denominado Procés ha supuesto una fractura social muy reconocible en Cataluña. La denuncia que ha presentado hoy la Fiscalía contra nueve profesores de un instituto público de enseñanza secundaria muestra hasta qué punto se ha llegado. La Fiscalía acusa a los profesores por discriminar, tras la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre, a alumnos del centro educativo que eran hijos de agentes de la Guardia Civil. Los denunciados han podido cometer un delito contra la dignidad de las personas por motivos de discriminación por nacionalidad y otro de injurias graves contra los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

El Ministerio Público es muy claro cuando afirma que las acciones denunciadas sucedieron en un contexto de profunda hostilidad, en el que hubo durante aquellos días concentraciones de personas ante las casas cuartel de la Guardia Civil, con insultos y exigencias de que salieran de Cataluña. La vergonzosa actuación de los docentes habría llegado a pedir que se identificara a los hijos de agentes de la Guardia Civil, a quienes se calificaba de salvajes y perros rabiosos, y a exponerles al rechazo y hostilidad del resto de los compañeros. Poner en la diana a los menores son palabras mayores. Es todavía más grave que además lo hagan quienes deberían ser, como profesores, ejemplo para los alumnos. Denuncias como la de la Fiscalía deberían servir para que los que han emprendido un viaje ideológico a ninguna parte, repararan al menos en la inmoralidad e ilegalidad de los medios que usaron para el pretendido fin.