Unidos en torno a la Pascua

Ha comenzado la Semana Santa, los días en los que los cristianos de todo el mundo celebran la pasión, muerte y resurrección de Jesús. La afirmación es especialmente cierta en este 2025, en el que, por coincidencia de los calendarios gregoriano y juliano, las Iglesias ortodoxas tienen la misma fecha señalada para el Domingo de Pascua, la “fiesta de las fiestas” cristianas. El Papa Francisco ha expresado su deseo de que esta coincidencia circunstancial se convierta en definitiva, y en el Año Santo que celebra la Iglesia católica ha puesto todo su empeño en avanzar hacia este objetivo, un imperativo evangélico para los cristianos de todas las denominaciones.

La conmemoración del 1.700 aniversario del Concilio de Nicea, el primer concilio ecuménico de la historia, ofrece el marco idóneo. Fue en Nicea donde se adoptó el Credo, la profesión de fe que sigue uniendo a todos los cristianos, sin distinción. Los progresos en el diálogo ecuménico han permitido en las últimas décadas superar los grandes escollos teológicos que originaron históricamente los cismas, pero la realidad es que los cristianos siguen sin poder celebrar en la misma fecha la resurrección de Cristo, lo que empaña un testimonio común urgente y necesario en estos tiempos de cambio de época. La Comisión Teológica Internacional acaba de publicar un importante documento en el que considera un reto común “la profundización de la fe y su testimonio”. Esto es, que los cristianos celebren juntos la Pascua, pero que se dejen también convertir juntos y anuncien al mundo la noticia de la Resurrección.