Administraciones alejadas de las empresas

Los fondos europeos que empezarán a llegar dentro de unos días son un reto para la capacidad de gestión de las administraciones españolas. La experiencia con las ayudas directas a las empresas no ha sido positiva. España es uno de los países de la UE que menos ayudas tuvo el año pasado y las ayudas que se aprobaron en marzo no están llegando a las PYMES, porque los requisitos que se establecieron se han convertido en una barrera.

La fórmula que se utilizó para aprobar las ayudas no es directa sino a través de la ley de subvenciones, lo que obliga a justificar todos los pagos. El auxilio a fondo perdido es para los autónomos y empresas que tengan deudas entre marzo de 2020 y mayo de 2021. Eso deja fuera a muchos profesionales autónomos que afrontaron los pagos que tenían pendientes con sus ahorros personales para evitar endeudarse. La justificación de los pagos, además, requiere un procedimiento muy engorroso.

La mejor prueba de que el programa de ayudas va camino de fracasar es que las solicitudes han sido escasas, ha sido necesario ampliar los plazos y los sectores que las pueden solicitar. La paradoja es que, mientras las empresas están muy castigadas, puede llegar a sobrar dinero. Además, el reparto de dinero está transferido a las Comunidades Autónomas y eso está provocando que haya una gran diferencia territorial. Las administraciones siguen estando lejos de las empresas.