La anomalía de Gibraltar
Escucha ya la Línea Editorial de este sábado 23 de septiembre
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En los últimos días los pescadores del Campo de Gibraltar han denunciado el acoso que están sufriendo por parte de las patrullas de Vigilancia Aduanera de Gibraltar en las aguas limítrofes del Estrecho. Este acoso les impide llevar a cabo su labor en aguas que son españolas. La disputa sobre la soberanía de las aguas en la Bahía de Algeciras es antigua. España recuerda que no están en el Tratado de Utrech que cedió el Peñón. Y el Reino Unido dice que son suyas haciendo una interpretación alambicada del derecho marítimo.
No se trata de una simple cuestión teórica. Gibraltar está negando el derecho a faenar de ciudadanos españoles, da entrada a submarinos nucleares en la Bahía de Algeciras y permite que fondeen petroleros con pabellón de conveniencia que son altamente contaminantes. Se han sucedido incidentes entre los Cuerpos de Policía de España y Gibraltar, especialmente en lo relativo al derecho de persecución. La Bahía de Algeciras es una de las zonas de paso de sustancias prohibidas más importantes de Europa, por lo que sería necesaria una adecuada cooperación por parte de los cuerpos policiales de ambos Estados.
El Reino Unido desde hace décadas practica una política de hechos consumados en Gibraltar que ha provocado la extensión del Peñón. El Gobierno de España, ahora que el Reino Unido no está en la Unión Europea, tiene la obligación de cerrar el nuevo acuerdo de modo que Gibraltar deje de ser un agujero y una excepción para las reglas de nuestro mercado único.