¡Bienvenidos los hijos!

Después de largos años de alarma, resulta ya evidente que España es un país que se despuebla. No solo empieza a haber más defunciones que nacimientos sino que la maternidad ha entrado en una crisis profunda a medida que está cambiando el concepto de familia.El caso es que el Gobierno, con el beneplácito inicial de las asociaciones familiares, ha programado una campaña enfocada a estimular la maternidad. La medida se hacía esperar desde hace mucho tiempo, aunque siempre se puede decir que más vale tarde que nunca. Ocurre, sin embargo, que pedir a las jóvenes parejas, mediante técnicas de “marketing”, que no tengan miedo a ser padres, debe ir acompañado de otras medidas de mayor calado.Es necesario actuar a fondo en otros terrenos sociales, económicos y educativos que están poniendo barreras a la fecundidad. Debe ofrecerse a las jóvenes parejas un mínimo de estabilidad económica, incentivos para proseguir con la maternidad cuando se ve al hijo como un difícil imprevisto, fomentar la conciliación familiar, y por supuesto, educar desde la niñez para erradicar la lacra de la violencia cuando surgen dificultades en las relaciones afectivas. Por último, será difícil promover la natalidad sin desenmascarar los objetivos de la llamada “ideología de género”. En definitiva, es urgente un verdadero cambio cultural que la política puede favorecer, pero en ningún caso realizar por sí misma