El Presidente del Parlamento de Cataluña, Josep Rull, ha firmado la resolución que reconoce la imposibilidad de proponer un candidato a presidente de la Generalitat de Cataluña. Se activa por tanto la fase de dos meses para sacar adelante a un candidato o, en su defecto, disolver la Cámara y convocar de nuevo elecciones autonómicas.

En las últimas horas no han cambiado las posiciones de bloqueo de los partidos. El PSC puja por la investidura de Salvador Illa gracias a una mayoría progresista con ERC y los Comunes. Junts quiere forzar la investidura de Carles Puigdemont mediante un pacto con ERC y el apoyo, o al menos la abstención, de los socialistas. Y los republicanos de Esquerra están profundamente divididos. Por un lado, hay quienes están a favor de negociar con PSC, otros se decantan por un bloque nacionalista.

Mientras, los socialistas y ERC mantienen abiertas las negociaciones sobre la financiación de Cataluña, el impulso del catalán y un paquete de inversiones e infraestructuras sobre la mesa. La clave está, una vez más, en Carles Puigdemont que mira a la Moncloa insistiendo en que, si Sánchez gobierna en Madrid con su apoyo, él debe gobernar en Cataluña. La propuesta de ERC de financiación singular para Cataluña, fuera del régimen común, provocaría una reacción que debilitaría más a Pedro Sánchez, incluso dentro del campo de la izquierda. Hay que contar con que Puigdemont no descarta que, con unas nuevas elecciones, se agudice la crisis de votos de ERC y pueda darle así la puntilla.