Línea editorial: La indispensable colaboración de Marruecos contra el yihadismo
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
En vísperas del primer aniversario de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils, el diario ABC revela hoy que Marruecos ha pedido a España y, por extensión, a toda Europa, que “tutele” las mezquitas como medida de seguridad contra el terrorismo islamista. Tutelar significa proteger o defender pero, en realidad, la palabra más adecuada para situarnos en la realidad de la amenaza del extremismo islámico, debiera ser la de “controlar”, es decir, vigilar y revisar lo que se predica en tantas mezquitas dada la diversidad de interpretación del Corán. El propio Marruecos dio el primer paso en el mundo islámico en ejercer una estrecha vigilancia sobre las prédicas de los imanes. Con ocasión de las “primaveras árabes”, el rey Mohamed VI que, a su vez, es “Príncipe de los Creyentes”, prohibió toda enseñanza que fuese en contra de la doctrina oficial, la tolerante y pacífica “malequita”, muy alejada del “salafismo” extremista exportado por Arabia Saudita.
Desde entonces, el soberano alauita no deja de visitar países africanos para ofrecer sus escuelas islámicas oficiales a la formación de imanes moderados como instrumento de lucha contra el terrorismo. Pero ya sea “tutelar”, ya “controlar”, es evidente que son muchas las mezquitas clandestinas en las que resulta demasiado fácil la predicación del radicalismo. Además de la indispensable colaboración de Marruecos, deberían ser las propias asociaciones islámicas radicadas en España las primeras en alertar a las autoridades de cualquier signo de radicalismo. Resulta obvio que por razones de idioma y de conocimientos de tantos matices en la interpretación del Corán según las diversas doctrinas islámicas, España no parece aún preparada para descubrir a los predicadores capaces de convertir a pacíficos ciudadanos en peligrosos terroristas.