Línea Editorial: "Una tregua extendida en el tiempo"
"Hamás y otros actores radicales deben dejar de abortar la posibilidad de la creación de un Estado palestino, lo que implicaría el reconocimiento de las fronteras de Israel"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La ampliación de dos días más de la tregua entre Israel y Hamás, gracias a los buenos oficios de Qatar, Egipto y Estados Unidos, debe alentar la búsqueda de una apremiante salida al infierno de la guerra, huyendo de las posiciones maximalistas, alejadas de todo discurso que utilice las causas del pasado para limitar la posibilidad de paz en el presente. Una salida basada en un acuerdo que extienda la tregua sine díe y desplace la guerra, permitiendo la liberación de todos los rehenes que retiene Hamás desde el horrendo 7 de octubre pasado.
La tregua no perjudica a nadie y beneficia a todos. Será muy difícil que Hamás asuma que ha perdido el control de la Franja de Gaza. Su pretensión de aniquilar al Estado de Israel sólo es viable si el conflicto se regionaliza y entran de forma operativa los aliados de Hezbulá y el resto de las facciones militares islamistas de la zona, lo que supondría un fracaso que conduciría a crisis humanitaria aún mayor. Ese fracaso implicaría la preponderancia de Irán en la zona, lo que crearía un problema añadido dentro del mundo musulmán.
Hamás y otros actores radicales deben dejar de abortar la posibilidad de la creación de un Estado palestino, lo que implicaría el reconocimiento de las fronteras del Estado de Israel. Un proyecto de Naciones Unidas que necesita del apoyo internacional y no de la provocación irresponsable de determinados discursos políticos.