La necesidad imperativa del diálogo

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Juan José Omella, mantuvo ayer un encuentro con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, desarrollado en un ambiente de cordialidad y cercanía, según subraya la Conferencia. A nadie se le escapa la relevancia de este encuentro, celebrado tan solo unos días después de que la Conferencia Episcopal publicase un histórico documento crítico sobre la situación política, social y cultural de España como consecuencia no solo de la crisis económica y sanitaria, sino de la ingeniería social que aplica el Gobierno y "que pone en riesgo la libertad y dificulta la unidad". En este contexto, el cardenal Omella señaló al ministro Bolaños la necesidad de un diálogo profundo con las distintas instancias sociales y políticas, especialmente en aquellos temas que afectan directamente al bien común así como a los valores morales en el ámbito de la vida.

En su reciente documento, los obispos españoles advertían seriamente del riesgo de hacer resurgir artificialmente las "dos Españas" y señalaban leyes tan discriminatorias como las de educación, eutanasia o la memoria democrática, aprobadas sin un previo debate. El propio cardenal Omella, en su intervención durante la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal celebrada el pasado mes de abril, denunciaba el creciente problema de la desigualdad social e insistía en que no es tiempo de soluciones fáciles a problemas graves sino de hacer una verdadera política que sume a todas las partes y fortalezca la credibilidad de las instituciones. Y estos días, el secretario de la Conferencia, Luis Argüello, ha vuelto a denunciar que las nuevas leyes aprobadas o en trámite, lejos de ir contra el odio como pretende el Gobierno, lo que muestran en realidad es odio a quienes expresan ideas contrarias a las que se imponen con el apoyo de quienes quieren acabar con la unidad de España.