Madrid - Publicado el - Actualizado
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El programa de ETB en el que se insultaba a los españoles es una muestra más de un discurso del enfrentamiento y del odio que, por desgracia, se ha hecho frecuente en España en las últimas semanas. Para afirmar la propia identidad se crean trincheras: a un lado los listos y los buenos, al otro lado los tontos y los malos. De un lado los pobres a los que no se les hace justicia, de otro los miembros de la casta. Las trincheras se cavan también entre identidades religiosas e identidades ideológicas. Esta forma de afirmar lo propio a través de la ofensa delata inseguridad y debilidad. Una identidad social, religiosa, cultural o regional, si es madura acoge, ve en el otro, no un enemigo sino una oportunidad para seguir creciendo. Vivimos en sociedades cada vez más plurales. La pluralidad se percibe como una amenaza cuando se tiene miedo, y se tiene miedo porque la propia identidad se asienta sobre terreno inestable. La grandeza de una tradición o de una identidad se manifiesta en su capacidad de ir de lo particular a lo universal. Una tradición es grande y está actualizada cuando se abre al mundo, cuando abraza, cuando no tiene miedo a los desafíos. Cuando afirma también al que la combate.