Madrid - Publicado el - Actualizado
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El acercamiento de posiciones entre el Gobierno y el PSOE en el techo de gasto ha provocado críticas. Se acusa a Rajoy de haber abandonado las posiciones liberales que recomendarían bajar la presión fiscal para que la economía siguiera creciendo con fuerza. Difícilmente se podría lograr el objetivo de reducción del déficit al 3 por ciento, aplazado en varias ocasiones y exigido por Bruselas, con recortes de gasto. Todavía queda mucho que racionalizar en los diferentes niveles de la administración española. Pero es difícil pensar en un ajuste de 5.000 millones sin provocar más sacrificio social. No hay tiempo para que la ley económica que consigue más ingresos públicos por la bajada de impuestos se cumpla. Y no hay seguridad de que en este caso funcionara. Aunque España crece más que Europa, todos los organismos internacionales recomiendan una política fiscal expansiva.España está por debajo de la media Europa. Si queremos cierto nivel de servicios es necesario pagarlos. El problema no es de liberalismo o de socialdemocracia, el problema es que nuestro sistema tributario se ha reformado y contra-reformado en los últimos cinco años sin tener en cuenta el medio plazo, a golpe de urgencia. El Gobierno tiene que conseguir una reducción del fraude fiscal, una equiparación de tipos nominales y reales en el impuesto de sociedades, e improvisar menos.