11 de marzo
Responsabilidad versus alarmismo
Es cierto que el coronavirus amenaza con convertirse en una pandemia, pero sería la primera de la historia en poder ser controlada
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Secretario General de la Organización Mundial de la Salud declaró el pasado lunes que la expansión del coronavirus podía convertirse en una pandemia, la primera en la historia que podría ser controlada. Con toda seguridad, millones de personas que leyeron esas declaraciones obviaron la segunda parte de la información. La palabra pandemia conduce de manera instintiva a los peores escenarios históricos, ya sea en forma del virus del ébola desatado en el África subsahariana en 2013, ya sea en forma de la gripe española de 1918. Los expertos, epidemiólogos y virólogos, no mienten en sus declaraciones cuando alertan de la necesidad de contener la expansión, como tampoco mienten cuando explican que se conoce el virus, que se sabe cómo detectarlo, que en el 85% de los casos cursa de manera leve y que en China ya está remitiendo.
Paradójicamente, en la opinión pública estos datos objetivos acerca del Covid-19 son obviados frente a un alarmismo emocional que carece de base. Es absurdo preferir un alarmismo apocalíptico a las informaciones razonables que hablan de medidas severas, profilaxis y asunción de responsabilidades personales, familiares y sociales. Acostumbrados a movernos libremente, las medidas de contención nos conducen a un escenario desconocido. Ciertamente el riesgo existe, pero no se neutraliza vaciando supermercados y farmacias como si el fin del mundo estuviera llamando a nuestras puertas. Estamos ante un caso de salud pública y los criterios científicos y profesionales deben ser los únicos determinantes.