La escasez de alimentos por la huelga de transportes empieza a poner en peligro a los comedores escolares

El paro de transportistas está siendo la gota que colma el vaso para las empresas de cátering que sirven los menús diarios en los centros educativos y también en las residencias. La guerra en Ucrania, primero, provocó la escasez de productos como la harina o el aceite. Ahora, se le une tambien los productos lácteos y el pescado.

La empresa de Mai Tomás suministra el menú diario de 2.000 niños en diez centros educativos de la Comunidad de Madrid. Su problema no es solo que falten productos, que también, sino que los que llegan son mucho más caros. "Tenemos problemas con la leche. El provedor nos ha limitado el número de cajas. Nos faltan yogures y el pescado no podemos ofrecer todo el que tenemos planificado el menú y lógicamente todo el sobrecoste nos está provocando un gran agujero en las cuentas", explica.

Hay que tener en cuenta que el precio de los comedores escolares está congelado por la Comunidad. 4,88 euros pagan las familias. Ahora, su único objetivo es sortear la escasez, pero de seguir así, no sabe cuánto podrán aguantar.

No muy diferente es la situación en el cátering de Luis Carlos. Entre colegios, centros y residencias, sirve la friolera de 9.000 comidas al día. Las materias primas se le han disparado cerca de un 20%. "La huelga de transportes ha acabado de rematar el asunto. Nos faltan pastas, aceite, los lácteos..", cuenta.

POCO MARGEN DE MANIOBRA

Sin embargo, al menos por ahora, la calidad nutricional de las comidas parece que no se está alterando. En los centros educativos, el menú tiene que cumplir determinadas condiciones. Tiene que haber tantos días de verduras, tantos de pescado..aunque dentro de eso, cada empresa trata de capear el temporal como puede.

Mai, por ejemplo, reduciendo la variedad de pescados. "Nosotros lo que estamos haciendo es variar los métodos de elaboracion, susituyendo lo frito por el horno, pero la variedad de pescado azul la hemos tenido que limitar, cambiando el jurel por la caballa", cuenta.

En el caso de Luis Carlos, nos decía que ellos habían hecho provisiones y, de momento, día a día, a intentar aguantar. "La estrategia que hemos adoptado es mantener el menú y aprovisionar productos que puedan sustituir para el caso de que haya un imprevisto". Algo que explica poniendo un ejemplo: "La semana que viene tenemos pollo fresco, pero si no llega tenemos San Jacobos para sustituirlos".