Barones del PSOE afrontan la entente con Iglesias en un clima de incertidumbre

Pedro Sánchez ha acabado por dar con la tecla. El proyecto de presupuestos ha permitido al presidente del Gobierno ponerse manos a la obra para reconstruir los cimientos de su relación con Pablo Iglesias, pensando en dejar abonado el terreno para alianzas venideras a lo largo y ancho del país tras las elecciones municipales y autonómicas, y, ante todo, después de las próximas generales. Un escenario todavía por ver en Andalucía.

Como gusta repetir Sánchez, en política, desgasta más la oposición que el gobierno. Lo esencial, a medio plazo, será por tanto garantizar el 26-M el gobierno del mayor número de ayuntamientos y regiones gracias a la suma del PSOE con Podemos como tabla de salvación para seguir en el poder. En La Moncloa confían, al menos, en conservar sus actuales siete gobiernos autonómicos. Pero hay quienes no lo ven tan claro.

Barones socialistas echan cuentas, analizan sondeos, pulsan el sentir de la ciudadanía y se sienten inseguros. A pesar del empuje de varios puntos constatado con el desembarco de Pedro Sánchez en La Moncloa, ahora mismo nada puede asegurarse, pero, según tiene constancia la Cadena COPE, las miradas de algunos de esos dirigentes territoriales apuntan a un descenso de Podemos en intención de voto que podría dar al traste con su gobernabilidad. Entre las comunidades en el aire, Aragón o Baleares. El retroceso morado podría dejar a Javier Lambán o a Francina Armengol sin los números para seguir siendo presidentes.

La complicación añadida para el tablero político viene además del auge de Ciudadanos, pudiendo favorecer gobiernos de centro-derecha con el PP. El avance de los de Albert Rivera sigue pareciendo un suflé, a ojos de colaboradores de Sánchez, unas siglas carentes de estructura. Pero el engorde nacional de los naranjas, sobre todo a lomos de la crisis abierta en Cataluña, está consolidando sus efectos en la realidad autonómica. El entorno del jefe del Ejecutivo, no obstante, traslada la preocupación a la acera de enfrente, a la sede de Génova: “Ciudadanos empata ahora con el PP en Madrid capital y está más fuerte de lo que arrojan los sondeos en Andalucía”.

En Andalucía, el giro estratégico de los naranjas, la vuelta de las alianzas de bloques entre derechas e izquierdas, parece que abocará a Susana Díaz a quedar en manos de los podemitas, con los votos afirmativos o por abstención de Teresa Rodríguez, diluyendo su tesis en contra del pacto PSOE-Podemos. La campaña electoral andaluza, por cierto, promete contar con una presencia de Pedro Sánchez reducida a la mínima expresión, centrando el jefe del Ejecutivo su participación en el fin de semana del 24-25 de noviembre.