Las mujeres marroquíes reaccionan a la primera ley contra la violencia de género

El Parlamento marroquí aprobó la histórica ley de lucha contra la violencia de género

Marruecos. Archivo

Beatriz Mesa

Publicado el - Actualizado

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Por fin el Parlamento marroquí aprobó la primera ley contra la violencia de la mujer. Si no fuera porque su contenido es ambiguo y está lleno de vacíos legales que deberían reforzar la protección de la mujer, sería la primera ley vanguardista en una sociedad conservadora que atraviesa una silenciosa revolución femenina. Una vez más, la cuestión de la mujer polariza a islamistas y liberales, razón por la que se han necesitado cinco años de debate parlamentario. Para el grupo islamista del PJD, principal fuerza política en la coalición gubernamental, los artículos relacionados con  “la violación conyugal” no eran aceptables, mientras que para el colectivo de mujeres que representaban a la sociedad civil en el debate sobre la formulación de la ley y actuaban como embajadoras de las numerosas denuncias telefónicas de mujeres maltratadas era una acuciante prioridad. Según Razghani Benachir, vicepresidenta del Forum de mujeres marroquíes (FFM), “ terminaron por eliminar la violación conyugal porque colisiona con la ley islámica. La mujer debe obedecer al hombre en la relación sexual y, por tanto, no es una violación”. 

Que se recogiera en la ley la violación en el seno de un matrimonio representaba una primera victoria para el movimiento femenino en el país magrebí que desde hace dos décadas se abre paso en la sociedad a golpe de protestas y manifestaciones para conquistar nuevos espacios en lo social, político, económico y jurídico. “Es muy frustrante tantos años de lucha para llegar a una ley que en el fondo no dice nada”, añadió Fátima Zohra Chaoui, abogada y presidenta de otra asociación pro derechos de la mujer en Casablanca. Dijo que ni siquiera la ley recoge mecanismos jurídicos de prevención para las mujeres en situación de maltrato, el principal reclamo de las víctimas de la violencia doméstica. “¡Las mujeres no desean meter a sus maridos en la cárcel, sino alejarlos de sus vidas por agresión física y violencia!”, explicó la militante. 

Esta ley llega con más sombras que luces, pero tenía que aparecer tras la aprobación de la nueva Constitución en 2011 que estipula en su artículo 19, “el hombre y la mujer son iguales en todos los derechos”. El gobierno marroquí, según el colectivo asociativo femenino, está lejos de cumplir con un compromiso constitucional y, sobre todo, en favor de la protección de la mujer, “este expediente se encerró en un cajón durante años y ahora se desempolva para no decir nada. Es puro maquillaje”, añadió la abogada.

Eso sí, por vez primera vez, se criminalizará a los acosadores sexuales en la vía pública. Dos de cada tres mujeres denuncia que ha sufrido algún tipo de abuso en la calle. “A pesar de todas sus sombras, es un paso. Ya tenemos una ley, débil, pero la tenemos. No podemos olvidar que nos encontramos ante una estructura muy conservadora y se necesita un cambio cultural que requiere mucho tiempo”, comentó, Amina Bouayach, secretaria general de la Federación Internacional de Liga de Derechos del Hombre (FILDH). Bouayach consideró que el combate contra el maltratador se puede ganar estableciendo un mecanismo de coordinación entre las instituciones y las onegés. Sin embargo, las asociaciones  experimentadas en el fenómeno de la violencia doméstica han sido excluidas del debate político por parte de los islamistas, hoy en el gobierno. Las militantes se preguntan ¿qué hubiera ocurrido con la nueva Constitución pero sin islamistas encabezando el ejecutivo? ¿se hubiera obtenido una ley mejor?. Nadie lo sabe, pero lo que sí es un hecho irrefutable, que el clima social en Marruecos está cambiando y los poderes públicos no acompañan. 

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