El temple de Castella ante un gran 'Lenguadito' de El Torero

Tuvo que salir 'Lenguadito', un sobrero de El Torero, para que la tarde dejase los apuntes y rompiese de verdad. El animal no entraba por los ojos. Escurridito de los cuartos traseros, cabezón, estrechito de sienes... Incluso parecía que iba a echar pronto el freno de mano al pararse en banderillas. Pero después, y tras el brindis de Castella al Rey Juan Carlos, el de El Torero cantó su gran condición. Sacó casta y nobleza enclasada a partes iguales, humillando una barbaridad. Castella, que prologó la faena con sus ya clásicos pases cambiados por la espalda, demostró el buen momento de forma por el que atraviesa en este principio de temporada. Mente desparejada, el temple en las muñecas y sumando series de seis y siete muletazos ligados. Si alguien se pregunta cómo se hace crujir a Las Ventas, que aplique esta fórmula. Echando siempre los vuelos por delante, el galo fue levantando una faena que mantuvo siempre el nivel a pesar de que un día más, el viento fue el gran enemigo. No le importó eso a Castella, que apostó por lo medios. Rotundo por el pitón derecho, dejándose llegar el caudal de casta del toro de El Torero al natural y ralentizando su viaje. Y el final, por ayudados y trincherillas para llevarse al animal a las rayas. La espada viajó caída, y ahí se perdió la oportunidad de la puerta grande. Pero la oreja paseada por Castella sonaba a golpe en la mesa de los de verdad.Todo lo demás no tuvo el tono esperado por el calamitoso encierro de Núñez del Cuvillo, al que Madrid se le sigue atragantando una vez más. Esta vez no hubo reproche por la presentación. Los toros de hoy bajaban una cuarta de cruz si los comparamos con los percherones altos y destartalados que echó en Las Ventas en la última Feria de Otoño. Sin embargo, esas hechuras llegaron con un fondo de casta vacío. No había comenzado bien el festejo con un toro de Cuvillo que pareció dañarse en el capote de Diego Urdiales. Lo aguantó el palco en un ejercicio de optimismo extremo. El toro después no aguantó ni una serie completa en pie. Se justificó el riojano sin suerte. Cuando obligaba medianamente al toro, éste acababa rodando como una pelota. Con mucha pasión se vivió desde los tendidos la faena de Urdiales al cuarto. Toro brusco, de emboque violento que fue limando el de Arnedo. A derechas hubo algún enganchón, pero al natural hubo detalles de ese toreo de relajada planta y profundo trazo que tan bien interpreta Urdiales. Pero faltó dejar la muleta puesta e intentar ligar. De frente y de uno en uno surgieron naturales extraordinarios. Como un trincherazo, despacio, despacio, casi eterno, en homenaje a un Curro Romero al que había brindado la obra. Sonó el primer aviso aún sin entrar a matar y después Urdiales se atascó con el descabello.  Antes de su faena al sobrero quinto, a Castella le había salido la vena obrera que a veces lleva dentro. Se empeñó con su primer Cuvillo en sumar y sumar pases sin mando, ligeros, siempre tocando por fuera a un toro escaso de raza y fortaleza. Sonó a desafío a la razón querer alargar sin sentido un trasteo inconsistente.Salió con más bríos el tercero, un coloradito que sin entrega ni clase, permitió a Alejandro Talavante sacar lo que tenía el toro. Muy paciente, sin violentar la embestida, con suavidad, fue templando al toro, que por el derecho siempre tendía a derrotar. A izquierdas fue mas claro el toro, pero aguantó solo dos naturales de la primera tanda. Se rajó sin remisión antes de que al extremeño se le fundiesen los plomos con la espada.Donde hubo otro apagón fue con el deslucido sexto. Aquí Talavante tiró por la calle de enmedio al ver las nulas condiciones que tenía el toro. Se agradeció la brevedad, que el fresco ya apretaba en Las Ventas.

, jueves 21 de mayo de 2015. 14ª de Feria. Lleno de 'No hay billetes'.

Toros de

, serios de cara pero muy desiguales de hechuras. Bajos de casta y de escasas prestaciones en el último tercio. Un sobrero de El Torero (5º bis), correcto de presentación y de gran juego en la muleta por entrega, calidad y humillación en sus embestidas.

, silencio y vuelta tras dos avisos.

, silencio tras aviso y oreja tras aviso.

, silencio tras aviso y silencio.