La AESAN ha realizado 143 notificaciones alimentarias en 2025, de las que 67 son alertas

Europa Press

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Del total de notificaciones, ha publicado el seis por ciento para conocimiento del consumidor y, entre las alertas, el 16 por ciento

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha realizado 143 notificaciones relacionadas con productos alimentarios en lo que va de 2025, 79 en el mes de enero y 64 en febrero, y de este total 67 han sido calificadas como "alerta", 33 notificadas en enero y 34 en febrero; es decir, se les ha otorgado la máxima prioridad debido a que el producto afectado estaba en el mercado nacional.

El total de notificaciones que ha realizado la AESAN en lo que va de año está compuesto también por 49 informaciones para la atención (28 en enero y 21 en febrero), que suponen una prioridad menor que las alertas porque el producto no está en el mercado, al menos a día de la notificación; 25 rechazos en frontera (17 en enero y 8 en febrero) y dos novedades, que son casos en los que en principio no es necesaria la actuación, según han informado fuentes de la AESAN este martes en un encuentro con medios de comunicación.

En años anteriores durante el mismo periodo, enero y febrero, se recogieron, como reflejan las memorias de la AESAN, 148 notificaciones en 2022 (55 en enero y 93 en febrero), 107 en 2023 (50 en enero y 57 en febrero) y 134 en 2024 (59 en enero y 75 en febrero). Teniendo en cuenta las cifras totales anuales, en 2022 hubo 880 notificaciones; en 2023, 772; y en 2024, 856.

Del número total de notificaciones en enero y febrero de 2025 (143), la AESAN solo ha publicado en su web, para conocimiento de la población, en torno al seis por ciento de las mismas. Respecto a las alertas (67), se ha informado a la población del 16 por ciento, lo que supone nueve alertas, de las cuales seis se han referido a alertas para personas con alergias o intolerancias, dos a alertas de interés para toda la población y una a una alerta por la presencia de tadafilo en complementos alimenticios.

En este sentido, desde la AESAN han puesto el foco en la importancia de no advertir a la población de forma innecesaria y evitar sobreinformar, con el fin de que las personas presten una atención real y reaccionen cuando el caso lo merezca.

A este respecto, han advertido a los medios de comunicación, ya que, en febrero, la Agencia identificó un total de 370 noticias publicadas en medios digitales relacionadas con alertas, lo que significa una media de 14 publicaciones diarias, de las cuales solo 125 estaban relacionadas propiamente con alertas de la AESAN.

En este punto, han señalado la publicación durante este mes en cuatro medios de una alerta sobre arroz cuyo origen se remonta a julio.

IDENTIFICAR, LOCALIZAR E INMOVILIZAR

El encuentro con periodistas ha servido también para explicar el funcionamiento de la red de alertas alimentarias, sobre la que han destacado que es una red de redes que funciona las 24 horas con el objetivo de identificar, localizar e inmovilizar los productos rápidamente y con rigor.

Hay una red nacional, el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información*(SCIRI); una europea, Rapid Alert System Feed and Food (RASFF) y una internacional, Red Internacional de Autoridades de Inocuidad de los Alimentos (INFOSAN).

Para ello, en el caso de la red nacional se trabaja con las comunidades autónomas, con el sector de la distribucion, con el Ministerio de Sanidad, con el Ministerio de Agricultura, con el Ministerio de Defensa, con la Comisión Europea y con otras entidades en función de cada caso, por ejemplo, si se trata de una alerta para celiacos con su respectiva asociación.

Aunque la actuación sea la misma para todos los casos, hay distintos niveles de notificación en función de su prioridad. Así, de mayor a menor importancia, están las alertas, emitidas cuando el riesgo es grave y el producto se encuentra en el mercado en España; la información para la atención, si no hay distribución al mercado; y la información para seguimiento.

Otro tipo de notificaciones son el rechazo en frontera, cuando el producto se inmoviliza en las mismas; las novedades, para las que en principio no hay que actuar; y la asistencia y cooperación administrativo, que se emite por ejemplo cuando un producto está mal etiquetado pero no conlleva un riesgo para la población.

Ya que los niveles de afectación que tiene un mismo producto para la población de un país o de una comunidad autónoma pueden ser diferentes en función de si está distribuido o no en dicho país o comunidad, desde la AESAN han señalado que el SCIRI Y RASFF pueden establecer distintos niveles de notificación.

Herrera en COPE

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