Este es el error que cometes al aliñar tu ensalada y que puede afectar a tu dieta: "No la estropees"

Las ensaladas son el acompañamiento perfecto a nuestros platos y una de sus muchísimas ventajas es que hay una infinidad de formas de hacerlas y con todo tipo de ingredientes

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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Las ensaladas es uno de los platos favoritos de muchas personas. Son el acompañamiento perfecto a nuestros platos y una de sus muchísimas ventajas es que hay una infinidad de formas de hacerlas y con todo tipo de ingredientes. 

Las hay dulces, saladas, con verduras, con queso e incluso, para los más atrevidos, con conservas de pescado. Hay todo un abanico de posibilidades, pero el mayor problema se presenta cuando tenemos que aliñarla. ¿Cuánta sal añadir? ¿Y el vinagre? ¿Cuál es el mejor aliño para nuestra ensalada para que deje de ser saludable? 

Por ello, el fundador de la Sociedad Científica Española de Dietética y Nutrición, Luis Alberto Zamora, ha explicado recientemente en una entrevista a Europa Press que la mejor ensalada es aquella que está aliada con sal, aceite y vinagre, en sus correspondientes proporciones. De hecho, aseguró que también podemos prescindir de la sal. 

"Además de sabor, estamos añadiendo una grasa cardiosaludable a un plato que, bien planteado, es decir, sin taquitos de beicon, crutones, o quesos grasos como el parmesano, por ejemplo, con verduras frescas, algo de proteína magra como el huevo duro o carnes y pescados blancos es una excelente opción", asegura el experto. 

No obstante, el problema llega cuando queremos salir de esta básica combinación y que puede arruinar nuestras ensaladas. 

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el error que cometes al aliñar tu ensalada y que puede afectar a tu dieta

Zamora advierte de que el problema es cuando aliñamos con salsas preparadas, tipo césar, con miel y mostaza, salsa de yogur o barbacoa, o por ejemplo con vinagres balsámicos, ya que estamos añadiendo grasas de mala calidad, aparte de azúcares añadidos, y de féculas procesadas.

      
             
      

"Siempre puedes optar por el zumo de limón, por vinagretas, o por un yogur natural sin azucarar. Pero no estropees un plato tan socorrido y perfecto nutricionalmente", subraya el dietista.

De hecho, considera que este sencillo gesto de querer incluir este tipo de salsas puede hacer que la estropeemos. Por ejemplo, en el caso de la salsa césar, estamos hablando de que su base es el queso parmesano, que es muy graso, y con eso solo convertimos nuestra ensalada "en un ultraprocesado". "No todo lo que yo meto en un bol es una ensalada", matiza el experto. 

Al hilo de todo esto, explica que la mejor lechuga para una ensalada puede ser cualquiera, aunque a su juicio la mejor base verde "son los brotes tiernos", ya que concentran una gran cantidad de nutrientes gracias a la rúcula, los canónigos o la espinaca baby. 

      
             
      

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Aconseja, por lo tanto, una base de bases verdes. "La variedad es lo que te va a asegurar las ingestas nutricionales". 

ENTONCES... ¿QUÉ DEBO TENER EN CUENTA A LA HORA DE PREPARAR MI ENSALADA?

El nutricionista recuerda que tanto la lechuga, como otros alimentos vegetales que ponemos en ella, como pueden ser los tomates, están en contacto con el suelo, el ambiente o el polvo, y hay que tener cuidado si las consumimos en crudo.

"Para lavarlas es suficiente con ponerlas bajo el grifo, y frotarlas, incluso con las hojas por separado si vienen del supermercado. Si las hemos cogido del campo, para tener una mayor seguridad de que están limpias, se puede hacer una mezcla de tres litros de agua y una cucharadita de lejía, dejarlas en esta mezcla 5 minutos, y luego aclarar bien. "Eso sí, siempre con lejía apta para el uso con alimentos, nunca con una que no lo especifique", alerta.

      

Es más, mantiene que, si lo que vamos a emplear las que ya vienen en bolsa, lo habitual es que ya estén lavadas, y no sea necesario este proceso indicándolo con 'ya listas para el consumo'.