El error que cometes cada mañana al tomar este tipo de café en el desayuno: los expertos recomiendan eliminarlo
Hay ciertos alimentos que forman parte de la primera comida del día que podrían estar detrás del cansancio o provocar la falta de energía que, en algunas ocasiones, padecemos más tarde

Imagen de recurso de un café
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"Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo", reza uno de los refranes españoles más populares. Y es que el desayuno es la comida más importante del día. La que nos da energía para afrontar la jornada y poder emplear todo nuestro potencial en aquello en lo que nos lo propongamos.
Por eso, merece especial atención. Sin embargo, no todo lo que hay que saber sobre el desayuno está dicho. Lo cierto es que hay ciertos alimentos que forman parte de la primera comida del día que podrían estar detrás del cansancio o provocar la falta de energía que, en algunas ocasiones, padecemos más tarde.

Falta de energía.
El alimento que deberías separar de tu desayuno
Buenas y malas noticias para los más cafeteros. ¿Cuál prefieren antes? Bromas a un lado, el alimento que expertos en salud y nutrición recomiendan eliminar del desayuno es el café torrefacto, un tipo de café tostado con azúcar de sabor especialmente amargo y color oscuro, prácticamente, negro.
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Es un tipo de café muy popular en España, que se vende tanto en supermercados como en bares y restaurantes, principalmente, porque se conserva mejor que el café natural. Es, precisamente, el azúcar que se le añade al grano durante el proceso de tueste el que lo protege de la humedad y lo convierte en un producto que no se enrancia y que tarda más en oxidarse.
Es paradójico, cuando la mayoría de personas beben café porque quieren ponerse en marcha cuanto antes. Quizás, tras saber esto, se hagan conocedores también de porque, últimamente, brota un 'Coffee Specialty' en cada esquina.

Distintos tipos de granos de café en sacos.
Más alimentos que conviene apartar del desayuno
El pan blanco y los cereales industriales, pese a no ser 'malos', tampoco resultan las opciones más saludables si se consumen con frecuencia por los siguientes motivos:
- Alto contenido de azúcar. La gran mayoría de cereales industriales contienen azúcares añadidos, lo que puede provocar picos de glucosa en sangre, seguido de caídas que generan hambre y fatiga poco después de comer. Esto, sin contar con que los azúcares añadidos contribuyen significativamente al aumento de peso.
- Bajo contenido nutricional. El pan blanco está hecho con harina refinada, lo que quiere decir que se han eliminado el salvado y el germen del grano y, por tanto, su contenido de fibra, vitaminas y minerales se ve notablemente reducido. Además, los cereales industriales suelen formar parte del grupo de los 'ultraprocesados' y, pese a que algunos estén "enriquecidos", eso no compensa la pérdida de nutrientes originales.
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- Índice glucémico alto: Tanto el pan blanco como muchos cereales tienen un índice glucémico elevado, algo que está directamente relacionado con el rápido crecimiento de los niveles de azúcar en sangre.
- Poca saciedad: Al ser bajos en fibra y proteínas, el pan blanco y los cereales no nos mantienen 'llenos' por mucho tiempo, más bien, nos llevan a comer en exceso más tarde.
El desayuno perfecto
Si existe como tal, el desayuno 'perfecto' seguro que incluye proteínas, como los huevos o el queso fresco, las grasas saludables, presentes en alimentos como el aguacate o algunos frutos secos, carbohidratos integrales, como la avena, el pan integral o las frutas y la fibra.
Por ejemplo, un desayuno factible para preparar en casa una mañana de diario sería una rebanada de pan integral o de masa madre, con unas laminas de aguacate y huevo cocido encima, un vaso de yogur natural y una fruta fresca. ¿La guinda? Un zumo de naranja recién exprimido.