¿Sufres movimientos rápidos e incontrolados en los ojos? No es estrés y podrías padecer un trastorno ocular sin saberlo

Este trastorno se denomina nistagmo y está caracterizado por un movimiento rápido, involuntario y repetitivo de los ojos causado por irregularidades en las zonas cerebrales que controlan, precisamente, estos movimientos

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Patricia Blázquez Serna

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Habitualmente, los movimientos rápidos, repetitivos e involuntarios de los ojos tienden a relacionarse con el estrés. Estos temblores son denominados 'espasmo de párpado', pero no estamos ante este trastorno en concreto. 

Ahora, en particular, hablamos del nistagmo, que básicamente consiste en un trastorno ocular que provoca movimientos rápidos e incontrolados de los ojos. Unos movimientos que pueden ser horizontales (de lado a lado), verticales (arriba y abajo) y rotatorios (circulares). Estos movimientos pueden variar de lento a rápido y habitualmente se produce en ambos ojos. 

Es posible que los ojos puedan moverse más deprisa cuando se mira en determinadas direcciones y es posible que, muchas veces, quienes padecen este trastorno inclinen o giren la cabeza ligeramente para ver con mayor claridad. Esto contribuye a que los movimientos de los ojos sean más lentos, explica la Academia Americana de Oftalmología.

El nistagmo puede ser infantil, que aparece a los seis meses de vida y afecta normalmente a los ojos, o también puede aparecer en la edad adulta, debido a distintas causas, tanto intrínsecas como extrínsecas, y puede afectar a solo un ojo o, en su defecto, a ambos.

¿por qué se produce?

El nistagmo tiene su origen en el cerebro, responsable fundamental del movimiento ocular. Aquellas personas que padecen esta alteración es porque la zona del cerebro que está directamente implicada en el movimiento de los ojos no funciona adecuadamente. 

No obstante, también puede estar asociado estrechamente a problemas oculares que condicionan una baja visión y, con ese motivo, un peor control de los ojos. En cualquier caso, hay otras causas subyacentes, que según la clínica oftalmológica IMO Grupo Miranza Barcelona, pueden ser:

  • Albinismo.
  • Anomalías en el desarrollo de los nervios óptimos.
  • Enfermedades oculares de origen infantil, como podrían ser estrabismo o cataratas. 
  • Lesiones tumorales cerebrales.
  • Esclerosis Múltiple.
  • Enfermedades relacionadas con el oído interno.
  • La toma de ciertos medicamentos o sustancias, como el alcohol o las drogas, que pueden afectar directamente a estas zonas cerebrales. 
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¿cuáles son los síntomas?

Es fundamental, como siempre decimos, no autodiagnosticarse. Si tú o alguien que conoces presenta algunos síntomas, es fundamental que acudas a un profesional médico que haga los estudios pertinentes para verificar si estás ante un caso de nistagmo o no. 

En cualquier caso, hay una serie de síntomas que debes conocer, como son, por ejemplo: 

  • Sensibilidad a la luz.
  • Mareos.
  • Dificultad para ver en la oscuridad.
  • Problemas de visión, tanto nocturna como diurna.
  • Inclinaciones de cabeza para ver con mayor claridad.
  • Sensación de que los objetos tiemblan o dan vueltas.

En el caso de los niños que presenten este movimiento constante de los ojos de forma congénita, y como consecuencia de que la imagen no llegue de forma nítida a la rutina, puede alterar el desarrollo del ojo desde su nacimiento y, a largo plazo, puede alterar su visión para el resto de la vida. 

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¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?

Con respecto al tratamiento, hay cinco formas de abordar la anomalía, según detallan en Clínica Baviera. Puede ser directamente sobre la causa subyacente, es decir, si se debe a una respuesta sistemática a la toma de un medicamento, retirarlo; si el paciente padece alguna enfermedad visual que pueda operarse, realizar la intervención.

Otra de las formas de tratar este problema es con el uso de gafas especiales. 

Desde el punto de vista farmacológico se pueden tomar ciertos medicamentos especiales que ayuden a mejorar y reducir los síntomas, que también ayudarán a controlar los movimientos involuntarios.

Existe también la posibilidad de administrar inyecciones de la toxina botulínica, que puede ayudar a controlar estos movimientos. 

Finalmente, existe la cirugía, aunque en este caso solo se aplica a pacientes que, pare reducir el movimiento involuntario de los ojos, orientan la mirada a un punto de bloqueo, que puede causar otros problemas como la tortícolis. 

En cualquier caso, como decimos, cada tratamiento dependerá fundamentalmente de cada caso particular y las recomendaciones del médico que diagnostique la anomalía. 

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