Los consejos claves para evitar las quemaduras en las patas de tu perro este verano
La llegada del calor afecta especialmente a los perros, por eso hay que tomar medidas para evitar quemaduras en sus almohadillas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El verano es esa época en la que el buen tiempo, la gran cantidad de horas de sol, y también las vacaciones, nos invita a pasar más tiempo en la calle. Junto a nosotros en muchas ocasiones nos gusta estar acompañados por nuestros perros. A pesar de las buenas intenciones de llevar con nosotros a nuestro mejor amigo puede ocasionar efectos adversos en su salud.
La época estival es delicada para los canes, ya que su capa de grasa y el pelo, que en invierno les sirven de protección, en verano juegan en su contra provocando que la temperatura corporal suba rápidamente. También es una época difícil para pasear con ellos ya que su patas pueden verse dañadas si no se presta el cuidado adecuado.
Durante estos meses el sol incide con más fuerza sobre la superficie lo que hace que el cemento de las calles y las ceras se calienten hasta un punto que puede ser dañino para las almohadillas de las patas de nuestras mascotas por eso hay que tomar una serie de recomendaciones para evitar sustos y males.
Los consejos para evitar las quemaduras en las almohadillas de nuestros perros
1. Evitar salir a las horas con más calor y por lo tanto con más riesgo:
Entre las 12:00 y las 19:00 de la tarde son las horas más complicadas para salir a la calle con nuestra mascota. El asfalto y el cemento de las calles contran un calor que puede ser perjudicial para nuestras mascotas. Ten en cuenta que será mucho mejor hacerlo en las horas en las que el sol no incide directamente sobre el suelo, es decir, a primera hora de la mañana, a última de la tarde, o por la noche.
2. Hidrata a tu mascota lo máximo posible:
Las fuentes de agua y otras zonas húmedas sirven de refugio para las patas de un perro que camina en verano por la ciudad. Transitar por estas zonas mojadas, así como humedecer las almohadillas del perro varias veces a lo largo de la salida, le ayudará a mantener las patas hidratas. Además en verano, al igual que las personas lo perros necesitan una dosis extra de agua a la hora de beber, pero siempre con moderación ya que la ingesta de demasiada agua puede ser perjudicial.
3. Busca pasear por zonas con césped y ajardinadas
Es muy importante planificar el recorrido antes de salir. Para ello, conviene elegir calles y aceras con sombra, evitar las horas de máxima exposición de sol (mediodía) y alternar distintas superficies de pisada para el can durante los paseos. El recorrido debe transcurrir por aceras con zonas ajardinadas o cubiertas con césped, con el fin de proteger las almohadillas, ya que estas superficies no absorben tanto calor y se mantienen más frescas.
4. La prueba de los 5 segundos, un método infalible
Si tienes dudas para saber si es un momento ideal para sacar a pasear a tu mascota, siempre se puede utilizar una técnica muy útil para estos casos. Apoya la palma de tu mano en el asfalto y si aguantas más de 5 segundos, el animal podrá caminar por esa zona sin problema. Si no eres capaz de aguantarlo, piensa que las zonas sensibles de las patas de tu perro tampoco.
5. Botines y cremas especiales de protección
A veces tenemos la falsa creencia de que llevar a nuestro perro a la playa puede ser una buena opción para que se refresque. Sin embargo la temperatura de la arena puede provocar daños en las patas al igual que el asfalta. Como método de barrera existen botines para perros que sirven para evitar que la temperatura del suelo se traslade a la zona sensible de nuestra mascota. Puede ser dificultoso que el perro se adapte a ellas, pero tras un paseo largo seguro que ni las nota.
Al igual que en humanos cremas específicas para perros ( ya que nuestro pH es diferente) que hidratan y cuidan las almohadillas caninas. Si logramos mantener la piel de las patas hidratada, esta será menos propensa a agrietarse
¿Qué hacer si mi perro sufre quemaduras en sus almohadillas?
Si no se ha podido evitar que se produzca algún daño siempre podemos aplicar unos cuidados básicos desde casa. Primero con agua y jabón y, después, puede darse un poco de hielo, para reducir la inflamación. El corte hay que desinfectarlo luego con una disolución al 50% de agua y yodo. Si tras estos cuidados tu mascota sigue manifestando dolores lo más seguro es acudir al veterinario de cabecera.
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