Jack Ruby: así acabó con el presunto asesino de JFK y protagonizó uno de los veredictos judiciales más rápidos

Un 14 de marzo de 1964, fue declarado culpable de la muerte de Lee Harvey Oswald, en lo que resultó ser el gran arco argumental secundario del magnicidio más famoso de siempre

Jack Ruby: así acabó con el presunto asesino de JFK y protagonizó uno de los veredictos judiciales más rápidos

Millán Cámara

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El magnicidio más famoso de la historia fue seguido, a su vez, por otro asesinato no menos notable: el primero que la televisión retransmitió en directo. Si la muerte del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy conmocionó a todo un país (y, de paso, al mundo entero), la de su presunto homicida, Lee Harvey Oswald, no se quedó atrás. Con un culpable claro y cristalino, pues todos le vieron acabar con el verdugo de JFK desde sus casas: Jack Ruby.

Jack Ruby: así acabó con el presunto asesino de JFK y protagonizó uno de los veredictos judiciales más rápidos

Allí estaba él cuando Oswald fue detenido y trasladado a la Jefatura de Policía de Dallas. Dueño de un club nocturno de la ciudad y más o menos conocido por sus vínculos con los bajos fondos (incluso con la mafia), Ruby se hizo pasar por periodista al día siguiente de la muerte de Kennedy. Así pudo asistir, el 23 de noviembre de 1963, a la rueda de prensa del fiscal del distrito, Henry Wade. Es más: preguntó en ella. Nadie sospechó nada.

Al día siguiente, después de que negase haber asesinado a Kennedy, se decidió que Oswald fuese trasladado a la cárcel del condado. Por la mañana, Ruby hizo algunos recados en el centro de Dallas antes de volver a la comisaría donde ya había logrado colarse horas antes. Al mediodía, el gentío congregado para asistir a la marcha del presunto asesino del presidente era considerable. Aun así, Jack Ruby logró hacerse un hueco entre los policías, los periodistas y los cámaras de televisión... para poder acabar con la vida de Lee Harvey Oswald.

Cuando este apareció esposado entre la multitud y estaba a punto de marcharse del lugar en un furgón de policía, Ruby se colocó frente a él y los detectives que le escoltaban. Sin pensárselo dos veces, disparó a Oswald a quemarropa con un revólver del 38, sin que pudiera evitar de ninguna manera el tiro: herido de gravedad en el abdomen, ya fue trasladado semiinconsciente al hospital en el que no tardaría en morir.

Por supuesto, Jack Ruby fue detenido en el acto. ¿Por qué lo hizo? Quería “redimir” a la ciudad de Dallas de lo sucedido tan sólo 48 horas antes. También evitar que la primera dama, Jackie Kennedy, pasase por el calvario de declarar en un juicio sobre el asesinato de su marido. Consiguió este segundo objetivo, aunque el que terminó por no librarse de pasar por los tribunales fue el propio Ruby.

Así fue el juicio de Jack Ruby

El juicio por la muerte de Oswald tardó meses en celebrarse. No fue hasta febrero de 1964 cuando empezó a elegirse al jurado que participaría en el proceso. La selección fue de todo menos sencilla, ya que hubo que quedarse con más de un centenar de candidatos entre 900 preseleccionados. Por eso, la fase preliminar se prolongó desde el 17 de febrero hasta el 3 de marzo. Además, el juez del caso, Joe Brown, estuvo a punto de ser sustituido por problemas cardíacos.

Al final, el juicio arrancó, y duró 11 días. En él, Ruby se declaró inocente y confesó que ni siquiera se acordaba del momento en el que disparó a Lee Harvey Oswald: sufrió una epilepsia psicomotora por el dolor que le provocó el asesinato de Kennedy. No obstante, ni sus trastornos de personalidad ni su neurosis obsesiva hicieron que el jurado se apiadase de él. Por eso, la deliberación fuese una de las más rápidas de la historia judicial estadounidense.

Jack Ruby: así acabó con el presunto asesino de JFK y protagonizó uno de los veredictos judiciales más rápidos

Sólo hicieron falta dos horas y 19 minutos para declarar culpable a Jack Ruby un sábado 14 de marzo del 64. La sorpresa por la velocidad a la hora de alcanzar el veredicto fue mayúscula entre todos los implicados en el juicio. Eso sí, fue revocado en octubre de 1966 por el Tribunal de Apelación de Texas: el testimonio indebido de los policías sobre sus conversaciones con Ruby tras detenerlo y las suspicacias sobre la justicia (valga la redundancia) del juicio que protagonizó acabaron por anularlo.

Antes de enfrentarse a un nuevo proceso judicial, en este caso por tráfico de drogas, Jack Ruby murió de cáncer de pulmón. Fue el 3 de enero de 1967, en el mismo hospital en el que JFK y Lee Harvey Oswald pasaron antes a mejor vida. Por lo tanto, nunca pudo esclarecerse si conocía de antemano el magnicidio presidencial y a quien supuestamente lo protagonizó, entre otras teorías de la conspiración. “El mundo nunca conocerá la verdad de lo que ha ocurrido, mis motivos”, llegó a declarar Ruby en una ocasión. Y así fue: se llevó el secreto a la tumba.

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