Se va detenida tras discutir con un guardia civil al servirle un café y la Justicia ahora le quita la razón

En COPE hemos hablado con ella y ha dado su versión de todo lo que ocurrió aquella noche

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Se va detenida tras discutir con un guardia civil al servirle un café y la Justicia ahora le quita la razón

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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A finales de marzo, la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) confirmó la absolución del guardia civil que detuvo a una camarera tras una discusión por haberle servido mal un café. Esta es la segunda sentencia que dicta el Tribunal Superior en este asunto. En la primera, en septiembre de 2021, revocó la condena impuesta al guardia de 6 meses de suspensión de empleo por un delito cometido por funcionario público contra la libertad individual por imprudencia grave.

Navarra

COPE ha hablado con Marta (nombre ficticio). Se ha intentado contactar con la Guardia Civil aunque no ha sido posible recoger el otro testimonio. Ella es la camarera y dueña del establecimiento en el que se produjo el incidente. Marta ha valorado esta última noticia, asegurando que "para el ciudadano y para mí, la Justicia ha fallado porque este trámite se ha llevado a cabo al producirse de manera injusta el proceso y no queríamos que le pasase a nadie más. Es sorprendente porque ellos se agarran a que solamente hay un veredicto. En este caso, ha sido un chaparrón de agua fría". Ha indicado que no sabe si recurrir la sentencia porque "no hay casi plazo y cada vez que recuerdo lo ocurrido me da mucha pena porque todo esto se podría haber evitado".

Esta historia arrancó antes de la pandemia y, aprovechando esta sentencia, hemos querido recordarlo con su testimonio. "Vinieron personas a cenar y gente a la barra. Y uno de ellos, era esta persona. Me pidió un solo largo y el otro compañero... no recuerdo lo que quería. Nosotros tenemos una medida concreta de café. Y cuando me lo pidió, me dijo que eso no era un solo largo".

"EL POLICÍA FORAL NO SE LO CREÍA"

Inmediatamente después, Marta le dijo: '¿hasta donde quieres que te eche de agua? ¿así está bien?'. "Me dijo que sí y bueno cuando le puse un café me dijo que tenía que hacer un curso de preparar café y que se lo tenía que decir al jefe. Ahí le dije que la jefa era yo".

La dueña del local les cobró y, a los siete minutos de meterse en la cocina, yo cojo, la avisó una de las camareras: uno de los guardias civiles quería ponerle una hoja de reclamaciones. "Yo no hubiese pensado que fuese él. Entonces salí y le dije: '¿pero qué ha pasado?' y me pidió la hoja de reclamaciones de una forma insistente".

Entonces, Marta le sacó la hoja actual que "es una y él decía que le estaba engañando porque era un tríptico. Le comuniqué que hace un mes que lo habían cambiado pero él insistía en que no era así".

Como la situación no mejoraba, le indicó que iba a llamar a la Policía foral para explicarle que era un tríptico. "Llamé en dos ocasiones. Me dijo que me iba a detener por una hoja de reclamaciones. El Policía foral no se lo creía".

Ella, cuenta, le propuso salir fuera. Ya no habían testigos en la calle y él ya se le encaró (según indica). "Estoy alucinando, por un café. Salieron los testigos y ya me esposaron. Me llevaron al cuartel y se quedaron alucinados cuando me vieron. Yo llevó aquí quince años y nunca jamás he tenido ningún problema. Estuve allí muchísimas horas". Este relato fue a los juzgados y ha trascendido la última sentencia del TSJN al respecto en la que la Sala concluye que "no puede afirmarse, sin ningún género de duda, que la actuación del acusado pueda calificarse como una conducta dolosa presidida por el ánimo exigido y por tanto constitutiva del ilícito penal del que ha sido acusado". Mientras, Marta baraja qué hacer. Si recurrir o dejarlo pasar.

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