El terrible ataque del chimpancé Travis casi mata a la amiga de su dueña: "Se la está comiendo"
El primate no había tenido ningún conflicto grave hasta esa fecha y era uno más de la familia: sabía usar el baño, beber vino e incluso conducir
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La trágica historia de Charla Nash sucedió en 2009, pero sigue estando presente, más que nunca, en los medios de comunicación. Esta mujer fue atacada por un chimpancé que tenía su amiga Sandra Herold, y las consecuencias del ataque fueron las siguientes: quedó inválida por el resto de su vida y recibió un trasplante de rostro que le provocó miles d e inconvenientes.
Todo sucedió en Connecticut, Estados Unidos. El mono se llamaba Travis y fue adoptado por una amiga de Charla, Sandra Herold, cuando todavía era un bebé. Travis nació en octubre del año 1995 y allí lo adoptaron. Herold y su marido Jerome se quedaron con el chimpancé cuando tan sólo tenía tres días, y la familia lo trataba como un integrante más.
Herold trataba a Travis como si fuera su hijo ya que había aprendido a usar el baño, lavarse los dientes, vestirse solo, utilizar el ordenador mirando fotos, utilizar el control remoto de la televisión para cambiar de canal y beber vino en una copa. Incluso sabía conducir: “Se fue con el coche un par de veces”, confirmó Sandy (Sandra) a Today en el 2009. Era un ser humano más.
Travis era cada vez más famoso en el barrio y en la ciudad. Iba a la tienda con sus “padres”, jugaba siempre con ellos y con los vecinos, sabía también regar plantas, etc. Y también había realizado varios cortos publicitarios en algún programa televisivo. Hizo de todo.
En el 2000 llegaban las malas noticias, y es que, la hija de Jerome y Sandy, Suzan, falleció en un accidente automovilístico y cuatro años más tarde, en el 2004, Jerome murió a los 65 años de cáncer. Finalmente fue Sandra la que se quedó sola con el animal.
Fue antes del gran ataque cuando en el año 2003, un transeúnte arrojó un objeto al auto donde viajaba Travis e impactó en él. El chimpancé se quitó el cinturón de seguridad, bajó del vehículo, lo persiguió pero finalmente no le pudo alcanzar. Tras esa acción, el animal no quería regresar al coche y la policía tuvo que intervenir.
A partir de ese día y ese hecho, la ley cambió en Connecticut, y todo aquel que tuviese un animal exótico en casa superior a 22 kilos, tendría que buscar una solución. A pesar de que Travis pesaba ya 91 kilos (ni más ni menos), permaneció con Sandy, ya que había vivido mucho tiempo con la familia y no suponía ningún peligro.
El ataque que cambió a Charla
Se produjo el 16 de febrero del 2009. Esa tarde el chimpancé parecía más exaltado de lo normal, le robó las llaves del coche a Sandra y salió del patio. Sandy, que estaba hablando por teléfono con Charla, pudo observar todos esos movimientos y salió en su búsqueda. Según el fiscal del Distrito Judicial de Stamford/Norwalk, Charla se ofreció a ayudar a Herold para intentar llevar de vuelta al simio. Antes de que Nash llegase a la vivienda, Sandra logró agarrar a Travis y llevarlo de vuelta a casa.
Charla Nash, amiga de Sandra, fue a visitar a su amiga, poco después en esa misma tarde. Travis ya la conocía, pero se desorientó al ver el nuevo peinado de la visitante. El trágico accidente sucedió cuando Charla cogió uno de los juguetes del simio y éste se dirigió a ella y la atacó de manera bestial, mordiéndola y atacándola por todas partes.
Cuando se produjo el ataque, Sandra llamó enseguida a los servicios de emergencia del 911 para que pudiesen auxiliarla y dijo la siguiente frase a los servicios de la policía: “Mi chimpancé se está comiendo a mi amiga”. El animal destrozó completamente a Charla, que fue mordida en ojos, labios, párpados y manos.
La conversación en la llamada telefónica que Sandra realizó, fue la siguiente: “¡Se la está comiendo! ¡Está matando a mi amiga!”, a lo que le contestaron: “¿Quién está matando a su amiga?”. “Chimpancé, ¡mi chimpancé! ¡Dense prisa! ¡Por favor!”, respondió.
El ataque tuvo una duración total de 12 minutos, y una vez que llegó la policía, Travis estaba desencajado, se aproximó al coche, abrió la puerta y atacó a uno de sus agentes. El oficial Frank Chiafari, en una conversación con el The New York Times, recordó lo siguiente: “Muestra los dientes, hace un gruñido y veo sangre. Veo sus colmillos. Empiezo a disparar”. El oficial disparó hasta cuatro veces y el simio corrió hasta el interior de la casa, donde finalmente cayó muerto.
Consecuencias
Sandy murió al año siguiente como consecuencia de un aneurisma con 72 años de edad. Nash tuvo una complicada operación de siete horas, con muy pocas probabilidades de sobrevivir después del ataque sufrido. Pero al final lo pudo lograr. Le realizaron un trasplante de cara y manos, aunque las extremidades no duraron mucho tiempo. Charla demandó a Sandy y recibió 4 millones de dólares de la herencia de los Herold.
En las últimas entrevistas realizadas, pudo contar que estaba viviendo en un centro especializado donde la cuidaban, contó que había perdido mucha independencia ya que ni podía comer sola y era muy difícil vivir. “A veces quiero llorar, salir, ir a tu casa. No sé cuál es mi futuro y eso es lo que me dio miedo”, comentó en el Boston Herald en 2014.
Ya en 2016 su rostro rechazó el trasplantado pero logró sobrevivir. Y según contó en el diario The Sun, aboga por las leyes que prohíban la tenencia de primates como mascotas.
Hoy en día, la ley estatal de Connecticut no permite a los ciudadanos poseer primates en casa que pesen más de 50 libras, o lo que es lo mismo, 22 kilos, como mascotas.