Efectivamente, tus hijos van a vivir peor que tú si no cambiamos las cosas

En España hay casi el doble de habitantes entre los 30 y los 70 años que de 0 a 29, según los últimos datos del INE

Efectivamente: tus hijos van a vivir peor que tú, si no cambiamos las cosas

Sefi García

Publicado el - Actualizado

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En los 80 se formuló por primera vez el término “generación sanwich” para definir a las mujeres que se incorporaban al mundo laboral y que tenían que cuidar además de sus hijos y de sus mayores. El concepto ha ido cambiando a lo largo de las generaciones: la de hoy no es igual que la de entonces, y la de nuestros hijos será, si las cosas no cambian, todavía más complicada: tendrán peor calidad de vida, ganarán menos, y soportarán más carga: es España hay 14 millones y medio de menores de 30 años para sostener a 26 millones y medio de entre 30 y 70.

Fue la trabajadora social Dorothy Miller, en un artículo publicado en 1981, quien acuñó este término que, con el paso de los años, ha ido evolucionando a medida que lo hacía la misma sociedad. Cuando Miller habló por primera vez de la generación sándwich lo hizo para describir a las mujeres de entre 30 y 40 años que se encontraban atrapadas entre la atención de sus hijos y sus padres mayores.

Era el momento en el que además, empezaban a incorporarse al mundo del trabajo. Y ahí empezó también el descalabro demográfico.

Hemos buceado en los números del Instituto Nacional de Estadística de nuestro país y el frío dato nos ha revelado una realidad aterradora: conforme avanzamos hacia atrás, el número de españoles según tramos de edad va disminuyendo: no hay pirámide es un rombo donde nos agolpamos los del “Baby Boom”: entre los 50 y los 70 años hay 12.370.265, o los había en 2.020 (los últimos datos recogidos).

Si sumamos el tramo de edad entre los 30 y los 50, nos encontramos 14.122.127, por lo que la población española entre los 30 y los 70 años suma 26.492392. Y, ¿qué hay por debajo? Entre 0 y 25 años con 14.419.724. Lo has visto ¿verdad? Un poquito más de la mitad. Las cuentas no salen. Está claro.

Fíjate si han cambiado las cosas en estos 35 años de “concepto sanwhich” que los que hoy formamos parte de esa generación (entre los 30 y los 50 años) vivimos en una paradoja: son nuestros mayores los que, en muchas ocasiones tienen que ayudarnos económicamente debido a la precariedad laboral. ¿Cuántas familias han vivido de la pensión de los abuelos durante la crisis financiera? Ríos de tinta se han vertido sobre este asunto. ¿Cuántos tuvieron que volver al hogar de sus padres o de sus suegros?

Así cambia el mundo. Y dada esta situación ¿Cuál va a ser la característica de la "generación sanwich" de la que van a formar parte nuestros hijos?

Dice la estadística que por cada pensión hacen falta dos trabajadores y medio en activo. Mira los datos: aunque todos tuviesen un trabajo, no habría suficientes manos. Los empleos además, hoy por hoy y de forma mayoritaria, no generan salarios para tirar cohetes. Nuestros hijos además tendrán que tener hijos.

Hemos buscado a Alicia Adserà, especialista en demografía económica, investigadora principal y profesora en la Escuela de Asuntos Públicos e internacionales de la Universidad de Princeton. Nos apunta que es imprescindible reformar el sistema de pensiones en nuestro país “a lo mejor yendo a un sistema mixto público-privado como ya se hizo en el reino Unido, ampliando la edad de jubilación y tomando otra serie de medidas".

Sostiene que “hay que hacerlo cuanto antes, aunque es una medicina muy amarga” porque cuanto más tiempo pase más resistencia social habrá, ya que todos los que conformamos ese ensanchamiento de la distorsionada pirámide poblacional de nuestro país, estaremos más cerca de la jubilación, y en este país, todavía llevamos en el ADN la ayuda económica que nuestros padres han tenido y tienen que proporcionar a muchos descendientes con su pensión. También apunta la profesora de Princeton que cuando los “babyboomers” nos jubilemos, se podría reducir la presión en el mercado de trabajo habrá que cubrir los empleos que dejemos vacantes “al menos temporalmente, porque si no mejora nuestra productividad, acabarán perdiéndose”.

Por tanto, aunque se reforme el sistema de pensiones, son imprescindibles otras medidas para aliviar la carga a nuestros hijos. Para Alicia Adserà todo pasa por “la inversión en educación, que creará empleos de calidad”.

De esta manera, esa ecuación de dos trabajadores y medio para cada pensión, cambiará: con salarios más altos serán necesarios menos trabajadores para cubrirlas. Por otro lado reclama también, “inversión clara en sectores que tengan futuro. El sol, el turismo, los sectores tradicionales, traen dinero rápido pero no es el dinero que te va a dar salarios altos ni van a mejorar la productividad”. La cuarta pieza de este puzzle para la profesora de Princeton sería “incorporar bien a la mujer al mundo laboral, pensando además que van a ser pocos los años de su vida que va a dedicar a la maternidad”. En España, las mujeres tienen su primer hijo a los 31 años de media, y solo tienen uno, aunque su deseo sería tener dos. “Tenemos a muchas mujeres que tienen más formación que en generaciones anteriores, e incluso más que los hombres; habría que pensar seriamente en cómo incorporarla al mercado laboral y como ayudarlas, porque la mayor parte de su vida laboral va a ser una vida productiva”.

Una encuesta realizada por UNICEF y GALP ha determinado que solo el 30% de los jóvenes españoles piensa que va a conseguir vivir mejor que sus padres y 7 de cada 10 creen que están muy presionados para tener éxito.

No hay un camino fácil para evitar que nuestros hijos acaben “tirando el boli”. Mucha presión para que consigan éxito, y un futuro que, si las cosas no cambian, les condena a trabajos mal pagados, y a una vida con más cargas económicas y familiares que la nuestra. Es hora de que todos pongamos pie en pared para devolverles la ilusión.

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