La inauguración de los Juegos Olímpicos, una expresión de la realidad de Francia

NEOS, a través de su presidente Jaime Mayor Oreja, lamenta lo vivido ayer en París

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La inauguración de los Juegos Olímpicos, una expresión de la realidad de Francia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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NEOS, a través de su presidente Jaime Mayor Oreja, lamenta lo vivido ayer en París. El espectáculo con el que París inauguró el mayor acontecimiento deportivo del mundo estuvo lleno de mensajes de ideología de género, provocaciones continuadas que incluían desde una apariencia de trío sexual, hasta una recreación con drag queens de «La Última Cena» de Leonardo da Vinci pasando por una Reina María Antonieta decapitada.

No se puede esconder la macabra voluntad de algunos de imponernos un nuevo orden social con la maravilla que significa el arranque de unos Juegos Olímpicos ni con la emoción que a los españoles nos suscitó la presencia de Rafael Nadal.

Aprovechar los Juegos Olímpicos para tratar de introducir las bases de un orden social obsesionado con el desprecio a los fundamentos cristianos de nuestra sociedad no nos puede hacer cómplices con nuestro silencio de un espectáculo lamentable.

La exhibición de ayer nos está confirmando el impulso de la Francia presidida por Macron a una ofensiva brutal de carácter cultural que continuará en los próximos meses tratando de hacer de Europa un contrapunto cultural a los que suponemos que puede ser el mandato de Trump Pero no es una táctica ni una estrategia preventiva a lo que puede pasar en Estados Unidos, sino que forma parte de toda una estrategia de imposición de un nuevo modelo cultural.

Macron está obsesionado con imponer su proyecto y utiliza cualquier oportunidad para tratar de convertirse en la imagen de la nueva Europa sin valores cristianos. Es deplorable que, por primera vez desde los siniestros años 30 con las Olimpiadas de Berlín en 1936, los protagonistas no han sido el deporte y los deportistas sino el proyecto de ingeniería social de un presidente que ha sido duramente castigado por las urnas en las últimas elecciones. No debería de haber silencios cómplices por desagradable que sea empañar el arranque de unos Juegos Olímpicos que, sin duda, por momentos estuvieron llenos de emoción. El silencio y la ocultación son los aliados principales de la imposición. La Francia de Macron ayer expresó su triste realidad.