El minucioso plan de los okupas que trae de cabeza a los propietarios

Ocupar una casa no es un acto improvisado. El movimiento 'okupa' tiene un minucioso plan para "entrar" en las viviendas que también debes conocer

Policías en un edificio ocupado

Virginia Areños

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Todo está contemplado en "El manual del Okupación", incluidos los delitos a los que pueden enfrentarse quienes deciden "asaltar" un inmueble: Usurpación, daños, robo con fuerza, desórdenes públicos resistencia y desobediencia, atentado a la autoridad, allanamiento de morada...

Pero el meollo de esta "enciclopedia okupa" está en cómo instalarse en una vivienda y correr el menor riesgo posible.

Este manual dota de mucha y buena información a todos los propietarios. Conocer cómo actúan los "okupas" puede ayudar a estar prevenido y anticipar los movimientos de las personas que quieren entrar en tu casa para quedarse. 

De los preliminares al desalojo

Los premiliminares serían hacer una marca en la puerta de la casa que se quiere ocupar recopilar toda la información del inmueble -en registros de la propiedad, Dirección General del Catastro, en el Ayuntamiento, internet-, visitar el barrio, hablar con los vecinos...

1. "Los pipeos" o vigilancia. Una vez elegido el inmueble hay que tener cuidado de que no haya cámaras, conocer el estilo de vida de los vecinos (entrada y salida de personas), comprobar el sentido del tráfico...cuidado con si la policía está cerca o no...

2. La entrada. Si se entra por la puerta se utilizarán palancas, arietes o taladros. Si se hace por la ventana bastará con un cortacristales o un martillo de emergencia.

Los okupas estará estrategicamente colocados para evitar que haya problemas en la entrada. Pueden cortar una calle, simular una avería en el coche... 

3. Aislarse. Hay que inmovilizar la cerradura para evitar que el propietario entre con su llave. Se necesita pegamento, palillos, grapas o soldadura en frío. Hay que apuntalar la puerta (cadenas, candados...) para que la policía tampoco pueda entrar.

4. Cambio de cerradura. En cuanto sea posible 

5. Banderas que demuestren que son okupas y no ladrones. Cualquier cosa que indique que no son ladrones. Si la policía quiere desalojar se convoca a más miembros a través de las redes sociales.

6. Almacenamiento. Fotografiar el interior de la propiedad en el mismo momento en el que se entra y hacer un inventario del material.

7. Daños. Procurar el menor número de daños posible y de una cuantía inferior a 400 euros para que se trate d euna falta y no de un delito

8. Usurpación. Durante la entrada a la vivienda es recomendable tener la cara tapada para que nadie les vea o puedan ser identificados por una cámara

9. Dilatación. Cuando el propietario inicia los procedimientos legales, hay que ganar tiempo. Retrasar su identificación, no hacer caso a las cartas o telegramas...

La presentación del libro, que se puede adquirir por dos euros, deja claro que quienes lo escriben, saben bien de lo que hablan: "La información es fruto de la experiencia y la investigación pero en ningún caso se trata de un tratado de okupación (...) Estas propuestas son sólo algunas de las posibles dentro de la experiencia colectiva acumulada. Para completar este texto se han recopilado distintos testimonios de casos reales, los cuales aparecerán destacados a lo largo del manual(...)"

El propio texto confirma que "el Movimiento 15M y todo lo que vino después, articulado en las asambleas de barrios y pueblos, junto a la creación de decenas de grupos de trabajo de vivienda ha hecho posible, en parte, que personas de todos los perfiles consideren la okupación como una opción real".

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