¿Qué fue del 'Cinexin', el cine sin fin que todos los niños querían?

Recordamos uno de los juguetes más recurrentes en nuestro país durante la década de los 70

¿Qué fue del 'Cinexin', el cine sin fin que todos los niños querían?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hacemos un viaje y nos marchamos, ni más ni menos, que a la década de los 70. Por aquellos años, llegó un proyector de cine infantil que revolucionó el mercado de los juguetes. La empresa encargada de comercializarlos era Exin.

Fue en el año 1971 cuando la compañía presentó oficialmente el juguete. Un proyector de películas para niños que empleaba el formato cinematográfico de 8 mm. Su estética era muy similar a la del proyector de la Chad Valley Toy Company del Reino Unido. Esto daría a entender, por tanto, que la idea no surgió dentro de nuestras fronteras. Uno de sus principales antecedentes es el Cine NIC o el zoótropo, un cilindro que ya permitía ver figuras en movimiento.

Respecto al Cinexin, podías incluso en aquellos tiempos adquirir las peliculas. Eso sí, se vendían aparte. Estas iban enrolladas en una bobina sin fin, diseñada para evitar tener que estar rebobinando. Por ello, el juego se tornaba más bien sencillo. En un comienzo, sólo se podía adquirir en blanco y negro.

En otoño del año 2010, el juguete volvía a comercializarse de la mano de Giro Toys, una empresa valenciana que adquirió la mitad de Exin Proyectos, corporación que mantenía los derechos del histórico proyector.

Introdujeron algunas mejores para adaptarse a los nuevos tiempos. Por ejemplo, sustituyeron la vieja bombilla por un moderno led, para salvaguardar la película y evitar que se quemase. Daban tres opciones o diseños: de Princesas, Disney clásico y Toy Story. Diversión garantizada.

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No obstante, contaban con un defecto: el número de imágenes por segundo era bastante inferior al Cinexin original por lo que la sensación y experiencia para los pequeños perdía bastante calidad. La impresión que daba era que estabas viendo una serie de fotografías y la acción no fluía igual. Perdía así parte de la magia de ese proyector que marcó una época y una forma de jugar de los niños en la década de los 70.

No era el Cinexin que esos adultos que fueron por un momento niños, adquirieron. El proyector variaba considerablemente del formato original. No obstante, son muchos los nostálgicos que todavía aguardan como un auténtico tesoro el juguete por excelencia de muchísimos niños hace ya más de 40 años. Un regalo para todos aquellos que lo cuidan y mantienen con sumo cuidado y cariño.

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