Un restaurante de Sevilla que iba a cerrar decide ofrecer comidas a los que más lo necesitan
Cada día de lunes a jueves, una hermandad de la ciudad llevará 15 comensales
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Antes de la llegada del coronavirus, centenares de personas pasaban todos los días a comer o cenar por el restaurante “El Charlatán”, en el céntrico barrio del Arenal de Sevilla. Sin embargo, con la pandemia y las restricciones para frenar los contagios, su propietario, Jaime Rodríguez Moya, se planteó cerrar el local contra su voluntad. Fue entonces cuando pensó en convertir su negocio en una iniciativa solidaria para ayudar a los que más lo necesitan.
“Se me ocurrió la iniciativa la misma semana que iba a comunicar a los trabajadores que tenía que reducir su horario y sueldo, ya que las restricciones no nos permitían abrir por la noche y entre semana estábamos abocados a la no asistencia de comensales”, cuenta el propietario. En total, trabajan ocho personas en el restaurante, y la mitad se encuentran en ERTE en la actualidad. El local tiene aforo para 36 personas, pero ahora sólo puede dar sitio a 15 comensales.
A través de las redes sociales, Jaime difundió el lema 'Tú nos ayudas, nosotros les ayudamos' para pedir a sus clientes habituales que siguiesen acudiendo al restaurante los fines de semana. Con el dinero que recaudan en esas comidas, ofrecen menús gratis de lunes a jueves a aquellos que tienen dificultades. El llamamiento ha tenido muy buena acogida, tanto es así que muchas hermandades de la capital andaluza se han volcado con 'El Charlatán'. “Estamos tan impresionados como ilusionados. Ha sido un chute de positivismo por el simple hecho de poder ayudar a gente”, agradece Jaime.
La iniciativa arranca este lunes con la primera tanda de comensales que ha gestionado la hermandad de La Redención. El martes es el turno de la cofradía de Los Estudiantes, el miércoles llevará otras 15 personas El Baratillo y el jueves la hermandad de La Quinta Angustia. Jaime asegura que incluso les ha llamado y escrito gente de fuera de Sevilla para ayudar con donaciones económicas, algo que han rechazado por el momento porque su compromiso es que el dinero para pagar las comidas “saliese del propio negocio” y no de forma externa. Por ahora, el propietario “recoge el guante” de todas esas “muestras de cariño”, mientras piensa en nuevas iniciativas solidarias para que todo el mundo pueda participar. De hecho, le gustaría mantener los menús para personas vulnerables si en unos meses consiguen abrir el restaurante con normalidad.