Una investigación demuestra que la suerte es más determinante que el talento para ascender en el trabajo
Los Ig Nobel valoran cada año las investigaciones más absurdas, divertidas y entretenidas. En esta ocasión, tres investigadores se han llevado el premio de economía por el informe
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La inflación, la deuda pública, la energía, el consumo… son datos que marcan y reflejan el camino hacia el que se dirige nuestra economía en los próximos meses. Datos que analizan los economistas para sacar las conclusiones y prever lo que está por llegar. Otro de los factores que va a ser clave respecto a la situación económica de nuestro país es el empleo. Pues, ¿sabías que según una investigación la suerte es más determinante para el éxito laboral que el talento?
Una investigación, por curiosa que parezca, que ha sido premiada con el Ig Nobel. Una gala en la que se premian las investigaciones más absurdas del año.
Los Premios Ig Nobel pretenden celebrar lo raro, honrar lo imaginativo y estimular el interés de la gente por la ciencia, la medicina y la tecnología. De hecho, a la hora de premiar, lo que más se valora es aquello que hace reír y pensar a la gente. Con su ceremonia y todo.
Cada mes de septiembre, hay una ceremonia de gala en el Teatro Sanders de la Universidad de Harvard, con más de 1.000 espectadores. No obstante este año, por tercer año consecutivo, esta gala de premiados se ha tenido que hacer de manera telemática. ¿Y cuál es el premio? 10 trillones de dólares de Zimbawe de 2015, una moneda extinta. O lo que es lo mismo, 30 céntimos de euro.
Pues ese es el premio que se han llevado los investigadores Alessandro Pluchino y Andrea Rapisarda, los cuáles ya habían ganado un Ig Nobel en el año 2010, y Emanuele Biondo. Ha sido en la categoría de economía. Se lo han llevado por "explicar, matemáticamente, por qué el éxito a menudo no es para las personas más talentosas, sino para las más afortunadas".
Esto dice el resumen de la investigación. "El paradigma de la meritocracia tiene sus raíces en la creencia de que el éxito se debe principalmente, si no exclusivamente, a las cualidades personales como el talento, la inteligencia, las habilidades, la inteligencia, los esfuerzos, la obstinación, el trabajo duro o la asunción de riesgos. A veces, estamos dispuestos a admitir que un cierto grado de suerte también podría desempeñar un papel en el logro de un éxito significativo. Pero, de hecho, es bastante común subestimar la importancia de las fuerzas externas en las historias de éxito individuales".
En esta investigación se han comparado varias hipótesis del mundo de la política para mostrar las estrategias más eficientes para la financiación pública de la investigación. Todo ello con el objetivo de mejorar la meritocracia, la diversidad de ideas y la innovación. El estudio arroja una visión sobre la efectividad de evaluar el mérito sobre la base del nivel de éxito alcanzado y subraya los riesgos de distribuir honores o recursos excesivos a personas que, al final del día, podrían haber sido simplemente más afortunadas que otras.
Por lo que sí. Según este estudio, la suerte es más determinante para el éxito laboral que el talento. Su modelo simple basado en agentes muestra que, si es cierto que cierto grado de talento es necesario para tener éxito en la vida, casi nunca las personas con más talento alcanzan las cumbres más altas del éxito. El hecho de ser superado por individuos con menos talento pero más sensibles, o con mejores habilidades sociales. Hasta donde los investigadores saben, este resultado contrario a la intuición, se puede cuantificar por primera vez.