Pablo Chiapella, en 'Llenos de gracia': "El riesgo era calcar a Amador de 'LQSA', cuesta salir de ese papel"
Pablo Chiapella, Carmen Machi, Paula Usero, Nuria González y Manolo Solo vuelven a la gran pantalla para protagonizar 'Llenos de gracia'
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Pablo Chiapella y Carmen Machi vuelven a la gran pantalla para protagonizar una película de comedia: 'Llenos de gracia'. Los actores completan el reparto junto a Paula Usero, Nuria González, Manolo Solo, Dairon Tallon, Pau Márquez, Adrián López, Adrián Marín, Diego Neira, Diego Muñoz, Divine Ogbebor, Víctor Pons, Álex Boquizo, Rubén Pons e Ignacio Blat. Bajo la dirección de Roberto Bueso, los intérpretes han recuperado una conmovedora historia real con su característico sentido del humor, la que llegó a los cines el viernes 24 de junio.
La película narra la historia de la hermana Marina, una monja que llega, el verano de 1994, a El Parral, un colegio amenazado con ser cerrado. El personaje interpretado por Machi llega para unirse a los niños sin familia y rebajar sus trastadas. Para ello, da con el fútbol como solución y crea un equipo con la ayuda de la monja Angelines, Tatiana y Rafa el bedel. De esta manera, los pequeños encuentran su propia familia y, en el caso de Valdo, su profesión. Marina y Valdo son los personajes principales, dado que el argumento está basado en su historia real, incluso él llegó a debutar en el primer equipo del Real Madrid.
Esto es lo que, según Pablo Chiapella, diferencia 'Llenos de gracia' de otras comedias: "Yo creo que hay una diferencia fundamental y es que está basada en una historia real. El personaje que se está tratando sigue vivo. Es una comedia con mucha sinceridad, con mucha verdad y con mucho corazón, pero sin ser ñoña". No obstante, el actor tiene claro lo que más le gusta de la película, dado que "es una sorpresa": "Destacaría el casting de críos, que es fantástico", cuenta para COPE.
"La historia real tiene espíritu y es una historia de valores. Lo que hemos hecho es inspirarnos en el caso real y hacer una ficción con mucha libertad. Nos lo hemos pasado muy bien, pero siendo muy respetuosos con el caso y los personajes reales", cuenta el director Roberto Bueso. Por ello, su objetivo fue que los personajes reales se "sintieran identificados": "De alguna manera, quieres que sientan que te has acercado con respeto y que estén satisfechos al verla. Hemos tenido la suerte de que Valdo y la familia de la hermana Marina, porque ella ya está muy mayor, les ha gustado mucho la película. Están contentos con el resultado".
"Cuando estábamos escribiendo esta película, intentamos ir en contra de los estereotipos, pero nos apoyamos en la imagen que podemos tener desde la ignorancia. Nosotros nos apoyamos en que la hermana Marina era una monja muy atípica y muy revolucionaria. Las veíamos como maestras, como educadoras, personas que estaban haciendo una labor social encomiable y que estaban haciendo una defensa de la educación, que es de lo que va esta película. Siempre hay prejuicios de las cosas que desconocemos", agrega el director.
"Nosotros hemos intentado naturalizarlo mucho. Las monjas que están representadas en la película, las hemos hecho con mucho cariño, son seres humanos", señala. "No ha estado por encima el hecho de que sean monjas. Son seres humanos que su tarea es esta y dedican su vida a ello", afirma la actriz.
"Los niños te ofrecían unas ganas que es difícil de encontrar con gente ya curtida"
Gracias a este film, los niños han debutado en el mundo de la interpretación, por lo que reconocen que tuvieron "los típicos nervios" cuando se sentaron a ver el resultado final. A pesar de ello, estuvieron muy cómodos porque "se parecen mucho a sus personajes". "Nos dieron este personaje porque nosotros nos parecemos. Sebas, en la realidad, también es un cachondo y yo también soy un vacilón. Valdo es muy calladito, dice mucho con la mirada", cuenta Pau Márquez.
"No soy idéntico, pero me parezco mucho a mi personaje. Molesto a la gente, soy gracioso", reconoce Adrián López entre risas. Es por esto por lo que Chiapella define su experiencia en el rodaje con ellos como algo "fantástico": "Te ofrecían una frescura, una naturalidad y unas ganas de estar que a veces es difícil de encontrar con gente que ya está curtida. Quitando los momentos en los que estaban agotados por el calor o el madrugón, no se venían abajo nunca".
"Nos han dado mucha vida. Su arma es ser ellos mismos. No había mucho cambio de dentro a fuera de la película. Para ellos ha sido la bomba. Eran 11 y eran un poco escandalosos, pero muy bien porque tenían muchas ganas de hacerlo bien", corrobora Bueso. "El rodaje en sí mismo ha sido una anécdota. Era muy divertido", confirma Paula Usero. Además, destacan la calidad de los personajes. "Era un conjunto muy completo porque está el tímido, el echado para adelante, el vacilón... Es una película con mucha personalidad", señala el actor de 'La que se avecina'.
El reflejo de Amador Rivas ('LQSA') en el bedel
En el caso de Usero, su personajes es la monja Angelines, quien destaca por su bondad. Para prepararse, la actriz echó mano de su pasado: "Antes de rodar la película, intenté tener una reunión con una monja de clausura, pero fue muy difícil y no le dieron permiso. Pero he estado 15 años en un colegio de monjas, entonces, recordé cómo eran conmigo y entre ellas. Me dio un ataque de risa porque no me podía imaginar verme con el habito. Me dio vértigo, pero, luego, no me parecía tan extraño".
Por su parte, el personaje de Chiapella es un hombre recién separado, anclado en el pasado y que se siente un fraude, lo que los niños fomentan cuando le llaman 'Fracasinho' en la ficción. Es por esto por lo que presenta un perfil muy similar al que muestra Amador Rivas en 'La que se avecina', lo que el actor también ha destacado. "Sí. Viene en el guion y el riesgo era hacer un calco del personaje de Amador. Es verdad que Amador tiene un volumen muy disparado y que con baje ese volumen la cosa cambia. Ahí entra Roberto, que entendió que había que dar verdad al personaje, conectarlo con la realidad y que estuviera a tono con el resto de intérpretes", apunta al respecto.
Por este motivo, Chiapella reconoce sentirse "un poco encasillado": "Fíjate, es divorciado, tiene un drama, le tira la caña a una monja... Me encantaría salir de ese papel, pero vamos poquito a poco. No veas como cuesta. Los directores y productores es como que dicen que soy esto. A veces es bonito descubrir otras capas distintas y también creo que es interesante para el espectador el sorprenderse al verme en otro tipo de personaje. De momento, en esta industria es complicado", confiesa.
Por otro lado, aunque ellos ya han logrado normalizarlo, no daban crédito cuando se enteraron de que grabarían con el intérprete que da vida a Amador Rivas en la ficción de Telecinco. "Cuando me enteré de que iba a hacer la película con Pablo, se me salía el corazón por la boca. Me ponía a ver 'La que se avecina' y decía todo el rato: 'yo voy a estar con él'. Mi madre ya se iba a la cama porque se le quitaban las ganas de verla conmigo", confiesa López. "Yo soy muy fan de él desde que era muy pequeño y su personaje siempre me ha hecho mucha gracia. Cuando me enteré que iba a hacer una película con Pablo Chiapella... Ahora, cuando veo 'La que se avecina', ya no es lo mismo que antes. Es que es igual fuera que dentro", dice por su parte Márquez.