20ª SAN ISIDRO

Ángel Téllez y una Puerta Grande en Las Ventas como apuesta de futuro

El diestro toledano corta una oreja a cada toro de su buen lote de Victoriano que lidió. Urdiales y Talavante pasan de puntillas por Madrid una tarde más.

Ángel Téllez en su salida a hombros de la plaza de toros de Las Ventas en el último San Isidro

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Volvía Ángel Téllez a Las Ventas como recompensa a esas tres series de naturales de oro ante un toro de Arauz. Y se fue a hombros convertido en el nuevo ojito derecho de la afición de Las Ventas. A lo que a otros se les recrimina, a él se lo perdonaron. Una oreja a cada uno de sus toros de un notable lote de Victoriano del Río fue el balance de una Puerta Grande que sabe y suena a apuesta de futuro. Tiempo habrá para pedir más rotundidad. La pureza con la que intenta realizar todo, saber tocar los resortes de la plaza y ser novedad, han servido a Téllez para salir lanzado de este San Isidro.

El hechurado y serio tercero se empleó en varas. Se arrancó con alegría y metió riñones. Tras un eléctrico quite por chicuelinas, en el inicio de faena el toro se vino como una bala a la muleta de Téllez. La primera tanda a derechas fue la más lograda de la primera mitad del trasteo. Todo muy templado y encajado de plantas. Después, la siguiente por el mismo palo, el toledano se preocupó más en componer que en mandar la exigente embestida del toro. Después surgieron las desigualdades y una fuerte voltereta cuando intentó soplarle uno de pecho. Tras recuperarse del trance, Téllez acortó distancias y buscó lo que le funcionó la pasada semana. Al natural, con mucha firmeza y encontrando la colocación cabal, surgieron muletazos profundos aunque no siempre vaciados con limpieza, lo que restó un punto de contundencia a lo realizado. Aún así, todo se vivió con mucha pasión desde los tendidos, que le premiaron con una oreja tras una estocada baja.

Al quinto le cuajó un ceñido quite por gaoneras. Ceremonioso en la preparación y valiente en la ejecución. Madrid entregada al joven diestro. Y una faena que comenzó sin probaturas. La muleta a la mano derecha y una tanda en redondo cumbre. Llevando toreado al toro hasta el final, ralentizando la embestida del buen astado de Victoriano. Al natural, dentro de ciertas desigualdades en cada serie, había dos o tres muletazos que eran un canon de clasicismo y pureza. La plaza estaba bocabajo. Tanto que se dijo 'ole' a lo bueno y a lo menos bueno. Era viernes. Contenido, pero viernes. Pinchó antes de agarrar una estocada tendida que hizo que el toro tardase en caer. El descabello fue certero al primer intento y la frialdad que parecía encoger a los tendidos se deshizo en una nueva petición de oreja que el palco tuvo que atender. El triunfo estaba conseguido para Ángel Téllez.

Se tapaba por la cara el vareado primero. Dos puntas coronaban un cuerpo sin remate. Para más inri, no le sobraban las fuerzas, así que prendieron las primeras protestas desde el tendido. Gonzalo de Villa Parro, en su despedida del palco, aguantó al de Victoriano en el ruedo. Urdiales volvió a mostrarse desconfiado y costándole encontrar el sitio. Es verdad que el toro a la mínima se vencía por dentro y nunca vino metido en la muleta. Pero a él se le vio sin ideas. Lo avió de una estocada previo pinchazo.

El cuarto, dentro de su contado poder tuvo nobleza y clase en sus embestidas. El riojano dejó muletazos con su particular empaque. Pero todo resultó demasiado ligero. Había composición, pero no convicción ni sometimiento. Aquello no prendió.

Nos hizo albergar alguna esperanza el inicio de faena de Talavante a su primer ‘victoriano’, un toro de buenas hechuras que solo duró eso, el preámbulo muleteril del extremeño. Se dobló por el pitón derecho dejando varios muletazos de notable largura y mando. Pero hasta ahí duró el toro. Después echó el freno de mano y fue imposible la ligazón. Algunos naturales tuvieron temple, expresión y profundidad. Todo muy suelto, sin compactar nada. Gustó menos el feo bajonazo con el que tumbó al toro.

El feo quinto tampoco dio muchas opciones a Talavante, que tiró pronto las tres cartas sobre la mesa. De nuevo más dudas que certezas en su regreso a Las Ventas. Tres tardes, siete toros y un solitario trofeo. Le queda la bala de Adolfo Martín.

Madrid, viernes 27 de mayo de 2022. 20ª de Feria. Lleno de ‘No hay billetes’.

Cinco toros de Victoriano del Río y uno de Toros de Cortés (6º), desiguales de hechuras y juego. Los mejores, el noble y enclasado tercero y el encastado y noble sexto. Manejable en su contado poder el tercero. El resto, de menos juego.

Diego Urdiales, silencio y silencio.

Alejandro Talavante, saludos y silencio.

Ángel Téllez, oreja y oreja tras aviso.

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