Dos orejas para Simón Andreu y herido Alejandro Chicharro en la apertura de Málaga

Simón Andreu, ganador del Certamen Internacional de Escuelas Taurinas del pasado año, tuvo que matar segundo, cuarto y quinto; y se encontró en primer lugar un novillo con cierta clase pero exento de casta. Lo recibió por chicuelinas y con la muleta estuvo muy voluntarioso. Al novillo le faltaba toda la emoción que quiso ponerle el valenciano y la labor terminó diluyéndose.

En su segundo novillo, cuarto de la tarde, lo recibió con un farol de rodillas para seguir por verónicas. Este tenia mayor movilidad pero era un animal complicado para un debutante, lo puso en apuros sobre ambos pitones. Sobre el pitón izquierdo obtuvo los mejores pasajes de la faena que fue premiada con una oreja.

En el sexto animal de la tarde, Andreu salió muy dispuesto incluso llegando a poner banderillas. Ya con la muleta consiguió una buena tanda sobre la mano derecha, templada y con gusto. Después la faena fue algo más irregular. Se tiró con todo al entrar a matar, resultó volteado y acabó con la taleguilla rota y sangre en el muslo.

Alejandro Cano hacía su debut en La Malagueta y con su primer novillo, tercero de la tarde, no encontró oportunidad de un oponente colaborador para obtener el triunfo. Nunca se entregó en su embestida y lo más destacado llegó sobre la mano derecha.

Su segundo novillo tampoco fue un enemigo colaborador. Apenas pudo enjaretarle un recibo capotero y con la muleta, el de Condessa de Sobral se lo quería echar a los lomos y Cano tuvo que andar con precauciones.

El primero de Condesa de Sobral, manso de salida, no permitió a Alejandro Chicharro, uno de los triunfadores de Madrid, que se pudiera lucir con el capote. El novillo recibió dos puyazos en el caballo que hacía la puerta y aún así, Chicharro optó por brindar la faena al maestro Ruiz Miguel. Tras varios estatuarios, quiso pasárselo por la espalda y el novillo le volteó sin llegar a calarle. Al primer natural con la muleta en la izquierda lo volvió a voltear y esta vez si que le propinó una cornada. Le correspondió a Alejandro Cano pasaportarlo