SEVILLA

Fortes y Juan Ramón Romero, toros y periodismo en el Mano a Mano de Cajasol

Dos malagueños, un torero y un periodista, protagonizaron un nuevo Mano a Mano de la Fundación Cajasol en Sevilla

Fortes y Juan Ramón Romero bajo la moderación de José Enrique Moreno, en la Fundación Cajasol

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

El matador de toros Saúl Jiménez Fortes y el conocido comunicador y locutor Juan Ramón Romero protagonizaron anoche una nueva edición de los Mano a Mano de la Fundación Cajasol, en concreto la número 57 de estos encuentros culturales que se celebran en Sevilla desde 2007.

Esta nueva cita tenía el aliciente de conocer las inquietudes, el ser y el estar del valeroso diestro malagueño después de una temporada en el dique seco, recuperándose de una compleja lesión ósea que llegó a amenazar seriamente la continuidad de su carrera. Se trataba, en definitiva, de dos paisanos enhebrados por una pasión común: el toro.

No hay que olvidar que Juan Ramón Romero, responsable del Carrusel Taurino de Canal Sur Radio, es matador de alternativa. La tomó vestido de goyesco, muchos años después de colgar el traje de luces en su etapa de novillero. En esa tesitura, a José Enrique Moreno –moderador de estos encuentros que suman cultura, sociedad y afición- no le costó trazar los primeros nexos comunes entre ambos invitados.

La carrera de Saúl no ha sido nada fácil; es un ejemplo de superación”, señaló Moreno para introducir al matador. “Es un honor compartir cartel con él”, espetó Romero, sinceramente agradecido de compartir cita y charla. “Tenemos la misma pasión y conozco a Juan Ramón desde que nací, llegó a compartir carteles con mi madre”, añadió el torero.

Pero había que hablar de toros y, por supuesto, de radio… “Mi programa sigue existiendo porque la radio pública andaluza apostó por contar los toros como si fuera un partido de fútbol”, señaló el locutor explicando que se trataba de adaptar el formato a los nuevos tiempos. “Imaginé lo que podía pasar e imaginé un proyecto que rompiera los moldes en todos los sentidos”, prosiguió Juan Ramón Romero. Pero la semilla había prendido. Se trataba de llenar ¡seis horas! de radio y hablando de toros. “Hemos tenido muchísima audiencia de gente que se entretenía con los toros y la radio tiene que ser un entretenimiento”, apostilló Romero. “Se trataba de hacer radio primero y hablar de toros después”, sentenció.

“Todo está en la forma, en el corazón y en cómo lo cuenta”, intervino Fortes. “Te mantiene vivo lo que está ocurriendo y hay personas que sin ser muy aficionadas que lo escuchan; les entretiene y les gusta”. Llegados a ese punto, el moderador recordó la amplia oferta radiofónica taurina de hace algunos años, tan mermada en la actualidad. Fortes entró en el terreno de la anécdota, recordando la subida a un pico de la Alpujarra, acompañado de su entrenador. “Allí lo único que escuchábamos era Carrusel Taurino”, recordó el torero antes de ceder el testigo al locutor. “El devenir de los tiempos y la forma de comportamiento de las nuevas generaciones está distorsionando la imagen de la Tauromaquia y eso lleva a que ciertos medios eliminen los espacios taurinos” explicó Juan Ramón Romero señalando que “los aficionados tienen derecho a no estar continuamente en combate pero los contrarios sí lo están”.

Había que conocer de primera mano el estado de salud y forma de Fortes. Él mismo se encargó de despejar cualquier duda explicando que su lesión era “un capítulo pasado”. “Creía que iba a reaparecer en Fallas de 2019 pero todo se fue alargando; más que sufrir me gusta aceptar como vienen las cosas; ha sido una etapa diferente que me ha permitido ver el toreo desde otro lado”, relató el diestro malagueño. Pero Fortes fue más allá: “He aprendido a valorar que algún día todo se acaba y dejas de torear”, explicó Saúl, afirmando haber encontrado un mundo de personas que luchan por otros objetivos.

Fortes no tuvo empacho en reconocer que se había alegrado especialmente del triunfo de algunos compañeros. El malagueño fue testigo del bombazo de Pablo Aguado en la pasada Feria de Sevilla. “Fue uno de los días más bonitos que he vivido en una plaza de toros”, afirmó el matador, obligado un año entero a convertirse en espectador. 

Esa lesión era el enésimo percance de una carrera forjada a sangre y fuego. Juan Ramón Romero destacó la gravedad real del último percance y Fortes lo ilustró: “En la Venta de Antequera, en un tentadero público, me di cuenta de la trascendencia real, las bacterias de la úlcera que me quedó empezaron a oler un poco”. Tocaba actuar. 

Se cambió el tercio. Juan Ramón Romero, que declaró sentirse torero por encima de cualquier cosa, narró una de sus primeras retransmisiones radiofónicas en Sevilla. “Toreaba Curro y yo muero con Curro y formé tal escándalo que me acabaron echando de allí; me fui al sol y es lo mejor que he hecho”. Pero el moderador quería saber por qué se dice que los toreros son de otra pasta. “El torero tiene otra forma de concebir la vida; no es lo mismo estar que ser torero, tiene una vida de vivir y asumir la muerte distinta, con pasión, sentimiento y un concepto distinto de la vida”, exclamó Juan Ramón Romero. “Por eso aguantan todo lo que puedan aguantar; porque viven en su mundo, en el mundo de la Tauromaquia”.

Fortes entró en ese trapo. “El toreo exige un compromiso cien por cien. Cuando uno decide ser torero en toda su magnitud, el compromiso es de entregar tu vida, tu infancia, tus relaciones, tu familia… cuando educas tu mente así el compromiso va aumentado”, se sinceró Fortes que aludió a cierta leyenda urbana en torno a su peculiar relación con el dolor. “El cerebro es capaz de adaptarse a cualquier situación por dura que esta sea”, añadió el matador.

Pero había que hablar de su concepto, y de la búsqueda de su propio camino. “Nunca estás satisfecho y eso conlleva un punto de sufrimiento e inseguridad”, explicó Fortes. “Hay días que te acercas a lo que buscas y eso te hace sentir orgulloso del torero que realmente llevas dentro”, añadió el matador. Se habló de otros conceptos: afición, dolor, frustración, la dureza de la crítica, la definitiva ilusión de ser torero… “He sentido en la plaza algo que no sentiré nunca en ninguna faceta de la vida”, concluyó el comunicador. Fortes asintió sonriendo… Aún había que hablar de Sevilla y su plaza, en la que Fortes ya ha actuado como novillero y matador aunque, reconoció, “aún no han podido verme en la dimensión en la que me han visto en plazas como Málaga. “Sevilla es la quintaesencia del toreo”, remachó Juan Ramón Romero. 

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