Los toros vuelven a Las Ventas tras 448 días y en plena fiesta de Madrid: "Se lo agradezco mucho a Ayuso"

Un cartel de lujo y medidas anti covid son los protagonistas del regreso taurino a la capital desde el inicio de la pandemia del coronavirus

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Más de un año después de que el coronavirus provocara el confinamiento total de Madrid y de toda España, los toros vuelven al albero de Las Ventas. 448 días después, 2.000 madrileños han llenado la puerta de la mítica plaza de toros ansiosos por volver a ver en directo a un cartel de lujo: Enrique Ponce, Julián López, El Juli, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera, Paco Ureña o el novillero Guillermo García se han dado cita este domingo desde las 18:00 horas.

"Después del año que hemos pasado en blanco, ya no solo los toros, en todo tipo de espectáculos, la gente quiere salir, pasarlo bien y, por fin, estamos en las Ventas otra vez", decían algunos antes de entrar a ver el espectáculo. "Tenía muchas ganas de venir, era lo que más deseaba cuando levantaran las restricciones", aseguraban. Todos ellos coincidían en estar muy "emocionados" de poder volver tras "pasar un año muy complicado": "Había muchas ganas ya. Yo creo que se ha pasado un año muy complicado y había ganas de volver".

Todo ello entre las medidas anti covid habituales: controles de temperatura en la Puerta Grande, distancia de seguridad, mascarilla y un 25% de aforo para un evento enmarcado en la fiesta de la Comunidad de Madrid y con objetivo benéfico. Un evento respaldado en las últimas semanas por el gobierno regional, que ha echado el pulso por qué se celebrase a las puertas de unas elecciones en las que la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, se juega la mayoría absoluta.

"Esto es un espacio abierto y todos con mascarilla y respetando la distancia de seguridad. Se puede hacer y se debe hacer", opinaban. Además, todos tenían muy claras las medidas a seguir: "Entramos en dos turnos. De 17 h a 17:30 h y de 17:30 h a 18 h. Y, luego, nos sentamos por parejas. Y todos con las mascarillas puestas". Dado que son las prevenciones tomadas en todos los eventos, algunos se han mostrado muy indignados por no haber vuelto antes a Las Ventas: "Es algo que los taurinos no hemos entendido por qué, desde que se han abierto los teatros con sus aforos limitados, creo que ha tardado en abrirse la plaza de toros". "Pero son las contradicciones del mundo en el que vivimos porque esto, con un 25% de aforo, se pone pegas y el transporte público esta como está", agregaban.

Una gran mayoría se ha mostrado muy agradecido con Isabel Díaz Ayuso, además han reconocido que la candidata del PP tendrá su poyo de cara a las elecciones del 4-M: "Se lo agradezco mucho a Ayuso. Para mí ella es fija, pero no solo por esto. Por más cosas, pero, sobre todo, por los toros". "Yo creo que ella es una gran defensora de la fiesta y, al final, ha luchado para que se pueda hacer. Se lo agradezco. Llevábamos mucho tiempo queriendo volver", decían.

El regreso de los toros a Las Ventas

La plaza de toros de Las Ventas ha reabierto sus puertas después de 18 meses de inactividad con un exitoso festival en el que, más allá de los trofeos cortados, que fueron siete, lo realmente importante fue volver a sentir el toreo latir en la primera plaza del mundo después de tanto tiempo.

Había nostalgia por volver a pisar la plaza de Madrid, que estrenaba por fin su nuevo burladero al lado de la puerta de chiqueros, sin duda, una gran iniciativa del Centro de Asuntos Taurinos y que, a buen seguro, evitará algún que otro susto en alguna "portagayola" o en cualquier otro momento de apuro.

Luego la tarde fue un torrente de emociones marcada por esa añoranza de 18 meses de inactividad. El toque de clarines y timbales inicial con toda la plaza en pie aplaudiendo fue de esos momentos de vello de punta, como cuando se hicieron presentes los toreros o el amago de minuto de silencio, interrumpido (desacertadamente) por la banda con el himno nacional.

Pero toda esa morriña previa quedó a un lado en cuanto salió el primer toro, pues cabe apuntar que, aunque fue un festival, de los seis astados reseñados había cuatro cinqueños, dos cuatreños y un utrero, algo de agradecer y que demuestra una vez más la importancia que se le da al toro en la primera plaza del mundo.

El primero fue un magnífico ejemplar de El Capea para que el rejoneador Diego Ventura se "emborrachara" con él en una faena muy completa y premiada con las dos orejas.

Llegaba el turno de los toreros de a pie y, para volver a recordar viejos tiempos, llegó también el primer baile de corrales.

Fue en el primero de Ponce, un inválido de Juan Pedro Domecq que tuvo que ser sustituido por otro del mismo hierro y que acabó también en los corrales por el mismo defecto que su hermano.

El sobrero tris fue de Carmen Lorenzo -el que estaba reseñado inicialmente para rejones-, un animal tan enclasado como falto de fuerzas, con el que se vio a un Ponce que buscó la estética de su toreo en una faena larga y de escaso contenido por lo que poco que dijeron toro y torero.

El Juli ofreció, posiblemente, su mejor versión ante un toro extraordinario de Garcigrande, al que toreó a cámara lenta con el capote y al que cuajó una faena en la que se le vio más relajado que nunca, muy templado y hasta encajado también por momentos estructurar una obra importante y en la que llevó a su antagonista muy largo y con media muleta barriendo el albero. Qué bien estuvo Julián, que hilvanó dos cambios de mano simplemente sublimes para acabar su labor de una certera estocada. Dos orejas.

Manzanares hizo un tremendo esfuerzo con uno de Victoriano del Río encastado y muy exigente, de esos que no regalan nada y que a la mínima tendía a meterse. Había que llevarlo muy tapado y aprovechar la inercia inicial para que no parase, pues en cuanto lo hacía soltaba la cara y se iba directo a por el torero, que se mostró firme y comprometido en una labor premiada con un trofeo.

Perera cortó también un trofeo de un buen toro Fuente Ymbro con el que se mostró técnicamente impecable a lo largo de una labor en la que anduvo fácil y templado, pero sin acabar de entusiasmar. Y Ureña se topó con un "valdefresno" muy sosote, pero tampoco a él se le vio demasiado animado, por lo que su labor transcurrió sin pena ni gloria.

Cerró la tarde el novillero Guillermo García, muy animoso y decidido con un utrero de El Parralejo bueno de verdad con el que, además, dejó retazos de lo bien que quiere hacer las cosas. Cortó una oreja más para cerrar así el festival.

Al finalizar la tarde la sensación de felicidad que había inundado al aficionado durante toda la función se tornaba otra vez en incertidumbre. Las Ventas de momento vuelve a echar el candado hasta nuevo aviso. ¿Hasta cuándo? La Comunidad (organizadora del festejo de hoy y propietaria) y Plaza 1 (la adjudicataria que sigue sin mover un dedo) tienen la última palabra.

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