El momento de Emilio de Justo y el poder de Roca Rey triunfan en Valladolid

De Domingo Hernández fue el primero del lote de Alejandro Talavante. Un toro muy justo en cuanto a presentación y con el condicionante de la poca fuerza. Puro trámite la suerte de varas. Y es que en los primeros compases con la muleta se defendía echando la cara arriba. El otro condicionante el viento. Pedía medios el de Domingo, pero ahí Eolo hacia de las suyas. No pasó por el izquierdo. Mal con la espada el extemeño, sonándole un aviso.

De largo y muy derecho entró el cuarto de Garcigrande en el peto de Manuel Cid, que le administró un puyazo en todo lo alto a un animal que metió los riñones. Con la cara siempre por encima del palillo y sin humillar. Faena en los medios, con la técnica de un Talavante, que intentó dominar una embestida que por momentos tenía ese punto de brusquedad. Muy desentendido a la salida de cada muletazo el de Garcigrande. No terminaron acoplarse toro y torero. Otra vez lo pasó mal con el estoque de cruceta.

Compás abierto y enjundia en el saludo con el capote. Buena pelea en el caballo de Germán González aplaudido por el público. Lo vio pronto Emilio de Justo al toro, cuya muerte brindó a Roberto Domínguez y así se fue a los medios, aún a sabiendas de que le iba a molestar el viento. Por el pitón derecho, con un toro pronto y a más en todo momento, supo administrar los tiempos, entre series y sin terminar de ligar, poco a poco le fue embebiendo en la muleta. Muy templado al natural terminando la faena con pases de pecho a pies juntos de cartel. La raza y la casta del toro estuvo presente durante toda la faena. Tres doblones para dejar el animal colocado en las rayas. Buena estocada con muerte de bravo. Cortó dos orejas y el toro fue ovacionado en el arrastre.

De dulce Emilio de Justo. Y es que a un toro sin clase y sin ritmo le tuvo que componer una faena a base de tesón y oficio. Todo lo tuvo que hacer el extremeño. Sacó agua de un pozo seco, a base de colocación y con series sin ligazón, pero entregado al público. Lo hizo fácil. Estocada que le valió otro apéndice.

100 kg de diferencia había entre el 2º de Domingo Hernández y el primero del lote de Roca Rey con el hierro de Garcigrande. Muy terciado, galopó en los primeros tercios. Un picotazo en todo lo alto. Lo recibió por estatuarios en el comienzo de faena sin enmendarse. Los primeros compases de faena, fueron a merced del toro. Consintió Roca Rey a un toro que al galope iba y venía. Sin temple, pero sabiendo de la clase del animal el peruano, cada vez lo fue ahormándo más. Cada vez más el Rey lo metió en su roca en forma de muleta. Y llegaron las cercanías y se entregó al público vallisoletano. Pase cambiados, de pecho eternos, pero sobre todo pisando unos terrenos prohibidos. El público entregado. Se tiró al hoyo deblas agujas como un misil saliendo feamente cogido y temiendo lo peor. Rotundo con la espada, cortando dos orejas de ley.

Manso y sin fijeza el segundo del lote de Roca Rey. Con el hierro de Domingo Hernández siempre buscaba las tablas. Aun así Roca Rey se fue con el a los medios y a base de tragar poder buscar la faena que pedía. Distancia y a tiempo entre series para poder ligar las series. Al natural se quedaba corto y sabiendo lo que se dejaba atrás. A base de aguantar y siempre en el centro del ruedo, Roca Rey supo llegar al público. Derechazos a pies juntos y bernardinas para dejar al toro en las rayas de picar. Estocada casi entera para cortar otro apéndice.

Valladolid, domingo 14 de mayo de 2023. 3ª de Feria. Lleno aparente.

Toros de

, tres con el hierro de

Domingo Hernández (1º, 2º y 6º),

correctos de presentación y de diferente condición, destacando el 2º

Alejandro Talavante, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

Emilio de Justo, dos orejas y oreja tras aviso.

Roca Rey, dos orejas tras aviso y oreja tras aviso