HUELVA

Perera y Torrealta, un binomio imbatible en Huelva

Por tercer año consecutivo, Perera salió a hombros de La Merced tras lidiar la corrida de Torrealta. Este viernes cortó cuatro orejas

Miguel Ángel Perera en su salida a hombros este viernes en Huelva

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Pronto se frustraron la buenas sensaciones que dejó el primero de Torrealta. Un animal serio y muy bien hecho que metió la cara con temple y clase en el capote de El Juli. Tras su paso por el caballo perdió las manos repetidamente levantando las protestas del tendido. El Juli puso ciencia y pulso con la muleta, tratando de sostener en la vertical al toro. Pero este no podía ni con la penca del rabo. Abrevió y se lo quitó de enmedio de un espadazo caído.

Bajó el trapío del lote de Julián con el cuarto, un toro brusco y sin clase que protestaba siempre que el madrileño le quería someter por abajo para limar esos defectos. Una tanda a derechas mediado el trasteo fue la más mandona. Pero ahí echó el cierre el toro, poniéndose aún más agrio pese a la disposición de Juli por no irse de vacío de Huelva. La espada viajó muy trasera y caída pero fue mortal y eso hizo que la petición no alcanzase la mayoría de pañuelos.

El primer toro de Miguel Ángel Perera embistió con buen son de capote y lo cuajó tanto en los lances de recibo como en un posterior quite. El inicio de faena lo firmó con dos pases cambiados por la espalda de rodillas. El de Torrealta tendía a meterse por dentro por el pitón derecho, por lo que la ligazón se hacía mas dificil. Otra historia fue cuando el extremeño se echó la muleta a la zurda. Ahí asomó el fondo de clase del toro. Lo enganchó perfectamente Perera y lo empujó hasta el final. Dos tandas rotundas. Luego quiso volver a la diestra y la faena cayó en intensidad, que quiso arreglar con el arrimon final algo trabado. Un espadazo caído desató la euforia en los tendidos y en el palco, entregándole las dos orejas.

El quinto tapó su vareada anatomía con su veleta cornamenta. Este animal resultó manejable sin más. Iba y venía sin entrega. Pero para entrega la de Perera, que no se aburrió de estar en la cara del toro. Todo con una limpieza absoluta en los muletazos. La estocada tiró sin puntilla y a las manos del pacense fueron a parar otras dos orejas, que esta vez tuvieron algo de generosas.

Cayetano se encontró en primer lugar a un astado que pasó de puntillas por los primeros tercios. Sin excesos de fuerzas y casta. Pero rompió a bueno por el pitón derecho. La emoción la ponía la movilidad del toro y la fragilidad de Cayetano por la falta de gobierno en las embestidas. Al natural el toreo de expulsión del torero hizo que la comunión entre ambos fuese aún menor. Volvió a la diestra y el toro se quiso comer la muleta. El de pecho surgió tan forzado que el de Torrealta no se salió de los vuelos, poniendo en un aprieto a Cayetano. Después el fallo con el acero le alejó de cualquier posibilidad de premio tangible.

El sexto, con la noche ya sobre La Merced, resultó el toro más deslucido del sexteto de Borja Prado. Un astado muy agarrado al piso con el que puso ganas Cayetano, pero allí no había nada donde rascar.

Huelva, viernes 2 de agosto de 3019. 2ª de Feria. Más de tres cuartos.

Toros de

, bien presentados pero

de desiguales hechuras y tipos. Invalidó el primero; de buen pitón izquierdo el segundo y de notable pitón derecho el tercero; desclasado y brusco el cuarto; un quinto manejable; y descastado y deslucido el sexto.

El Juli, saludos y saludos.

Miguel Ángel Perera, dos orejas y dos orejas.

Cayetano, saludos y ovación de despedida.

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