VALENCIA
Samuel Navalón, trazas y trazos de mandamás del toreo
El novillero valenciano, alumno de la Escuela Taurina de Albacete, corta la primera oreja de la Feria de Fallas.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Arrancaron las Fallas en pleno año Sorolla, ilustre artista valenciano que pintó la luz y pintó esa maravilla de obra que es “El paseíllo”, con los contrastres, las sombras y los claroscuros de los toreros cuando trenzan el paseo envueltos de seda, oros, miedos, platas, sudores, azabaches y anhelos. Ilusión plena por disfrutar del toreo en un templo como es la hermosa Plaza de Valencia.
La esperanza está intacta con toda la feria por delante, con una previsión climatológica, por cierto, fantástica. El gentío con mangas de camisa, ambiente primaveral, las calles ya tomadas por el ambiente festivo y fallero. Y viceversa. Nueve días por delante de pasión, valor, miedo, entrega, triunfos y decepciones. El toreo es una metáfora maravillosa de la vida. Suerte a la torería. Andante y a caballo.
Samuel Navalón, valenciano de Ayora pero de la escuela de Albacete, tiene trazas y trazos de torero hecho y derecho. Macizo y sólido. Recio y grácil. Dominador y poderoso. Listo, con gracia y agraciado. Lo tiene todo. Lo que las figuras le hacen al toro se lo hizo Navalón al jandilla. Mucha gente manchega acudió a Valencia para ver a un chaval con grandes cualidades. Quitó Donaire por gaoneras garbosas y replicó Navalón por chicuelinas ceñidísimas. Más tomasistas o en la línea de Roca que de Chicuelo o de Camino. Melocotón el jandilla, dulce su galope, azucarada la nobleza, almibarado su ritmo. “Tesorero” se llamaba esa joya de Borja Domecq que en manos de Samuel resultó mejor todavía.
Apabullante Navalón, sobradísimo. La plaza entregadísima- en varios pasajes de puso la gente en pie- y entregadísimi el torero. Faena larga, de goce y hasta de abuso. Ojo con este bicho. Perdió las dos orejas por la espada. Si lo mata, quizá hubiera caído el rabo. Ganas de volver a verle mañana mismo.
El primer jandilla, paletón y berreón, se movió con nobleza, prontitud y docilidad. El Quitos quitó, en la semana de la presentación del nuevo “Quites” en Valencia, por tafalleras. Prologó en los medios de rodillas. El péndulo, el toreo en redondo algo tosco y ligero. El jandilla no paró de embestir. El epílogo también fue de rodillas. Muy trabado el conjunto.
Ignacio Bone también comenzó de rodillas en los medios. Antes, Samuel Navalón firmó un quite espeluznante por tafalleras. Cada tafallera fue un monumento a la verticalidad y la quietud. Remató tras un fuerte y aparatoso tantarantán. “Caudillo”, como el típico antitaurino de ultra izquierda que padecemos en estos tiempos, tuvo su genio. Mentirosito y desclasado. Algo protestón también. Quiso hacer el oscense el toreo según los cánones de la ortodoxia. Lo consiguió por momentos.
Alberto Donaire apenas pudo expresarse con la capa. Y suele y sabe. Muy montado el jandilla. Feote. Y cuando la tomaba metía la cara con violencia. Molestó el aire. Y los arreones de manso, con sus querencias acusadas. Difícil lo tuvo Donaire para cogerle el aire al jandilla, con su carácter. Aún así, no abandonó el riojano afincado en Valencia el sendero del clasicismo.
Javier Aparicio, de corinto y oro raído, ha ganado en oficio. Soltura. Falta expresión, convencimiento. El toreo se hace y, sobre todo, se dice. Tiempo tiene el castellonense para ahondar en conceptos estéticos y expresivos. Conforme avanzó la faena hubo mayor afianzamiento. Progresa, que nos decían en aquellos tiempos de EGB en el colegio.
Martín Morilla, que sustituía a Fabien Castellani, tiene buenas maneras. Tuvo mérito un quite por chicuelinas, resuelto y resolutivo en el quinto capítulo de la tarde. Decidido, firme y encajado.
Asombroso: las 19:15h. de la tarde y muchos con manga corta.
Valencia, sábado 11 de marzo de 2023. 1ª de Feria. Más de un tercio largo de entrada.
Erales de
, de buena aunque desigual presentación y variado juego.
“El Quitos”, vuelta al ruedo.
, silencio.
, oreja tras petición de la segunda y tras aviso.
Alberto Donaire, ovación desde el tercio.
Javier Aparicio, palmas tras aviso.
Manuel Martín Morilla, silencio.