LOGROÑO

Talavante y Cayetano, a oreja por coleta en la primera de San Mateo

Una oreja por coleta cortaron los diestros mientras el Guillermo Hermoso perdió el triunfo por el rejón de muerte.

Alejandro Talavante con la oreja cortada este sábado en Logroño

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Volvía la feria de San Mateo a Logroño y, ya de primeras, lo hacía con una noticia que llegaba desde los corrales, al aprobarse únicamente dos de los cuatro toros anunciados para la lidia de a pie de Domingo Hernández, habiendo que remendar el envío con dos ejemplares de Loreto Charro. Cambios de última hora que no aportaban demasiado optimismo para lo que luego podría ocurrir en el ruedo.

Y así ocurrió que el primero del hierro salmantino, segundo de corrida y correspondiente a Alejandro Talavante, fue un toro que ya de salida apuntó muy pocas fuerzas. Todo se le hizo a media altura y con suavidad, y así y todo perdía las manos el animalito, que llegó a la muleta prácticamente en las últimas.

Talavante anduvo breve por los dos pitones a lo largo de un trasteo sin ritmo ni son debido a la falta de oponente, que fue pitado en el arrastre, mientras que su matador era silenciado.

Mejoró la cosa en el quinto, primer remiendo de Loreto Charro, que fue, además, el de mejor condición para la lidia de a pie, un toro que tuvo mucha nobleza y calidad sobre todo por el derecho, por donde Talavante, que antes había dejado un garboso quite por chicuelinas, lo toreó a placer.

Suavidad, verticalidad, encaje, ajuste y firmeza de plantas fueron los mimbres de una faena que fue un canto a la sutileza y en la que el extremeño fue sintiéndose cada vez más para que aquello fuera siempre in crescendo, hasta llegar a un epílogo en el que no faltaron bernadinas y circulares invertidos para el deleite del personal. Cortó solo una oreja por el pinchazo previo a la estocada final.

Cayetano sorteó en primer lugar un toro poco claro de salida, que creo cierto desorden en el ruedo tras un largo puyazo y posterior derribo. En banderillas fue igual de incierto, cortando mucho el viaje, y en la muleta tampoco se entregó en ningún momento el de Domingo Hernández.

El menor de los Rivera Ordóñez abrió su labor con unos bonitos ayudados por alto para, acto y seguido, ponerse el por derecho, por donde toreó sin demasiadas estrecheces en series rectilíneas y aprovechando las inercias del toro, y que, a pesar del poco poso que tuvieron, en cambio, sí llegaron a calentar los tendidos, que le premiaron con una orejita tras una efectiva estocada.

Y una ovación con saludos recibió Cayetano en el sexto, un toro que se desplazó y al que instrumentó una faena de tintes galeristas, pero que esta vez no tuvo la misma recepción por parte del aficionado riojano.

Abrió la función el rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza, que anduvo valiente con un toro, el primero, que se aplomó enseguida y al que tuvo que llegarle mucho para tratar de sacar algo potable en una faena pulcra y técnicamente inmaculada, pero sin conexión con los tendidos. Jíbaro, Extraño, Corsario e Ilusión fueron los equinos que usó el joven jinete navarro en esta primera labor.

En el cuarto, un toro bravo y extraordinario, ofreció una gran dimensión Guillermo, que ya de salida paró a la perfección al de El Capea con Martintxo, clavando al pitón contrario con gran solvencia.

Con Berlín llegó lo verdaderamente grande, con un templado y milimétrico toreo a dos pistas, recorriendo todo el anillo, ensayando también las hermosinas y clavando banderillas reunido, arriba y con gran clasicismo.

Con Ecuador llegaron los quiebros inverosímiles y con Esencial las rosas y un par a dos manos simplemente cumbre. Tenía las dos orejas en sus manos pero sus reiterados fallos con el rejón de muerte lo dejó todo en una calurosa ovación.

Logroño, sábado 17 de septiembre de 2022. 1ª de Feria. Un cuarto escaso de plaza.

Dos toros reglamentariamente despuntados para rejones de El Capea (1º y 4º), parado y deslucido el primero y bravo y extraordinario el cuarto; y en lidia ordinaria dos de Domingo Hernández (2º y 3º), muy flojo el segundo, e incierto y sin entrega el tercero; y dos remiendos de Loreto Charro (5º y 6º), noble y muy manejable el quinto, y dejándose sin más el mansurrón el sexto.

El rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza, silencio y ovación.

Alejandro Talavante, silencio y oreja.

Cayetano Rivera, oreja y ovación.

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