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Tarde de percances y espadas romas en la segunda del Señor de los Milagros en Lima

Antonio Ferrera y El Fandi tuvieron que visitar la enfermería del coso de Acho. Ginés Marín, por su parte, escuchó los tres avisos.

Antonio Ferrera siendo prendido a la hora de entrar a matar a su primer toro en Lima

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La segunda corrida de la Feria del Señor de los Milagros celebrada este domingo en Lima no ha tenido triunfos sonoros, pero sí faenas interesantes de Antonio Ferrera y Ginés Marín que perdieron el premio de las orejas con el estoque.

El primero de San Pedro, noble y repetidor, nunca se entregó a los engaños. Antonio Ferrera entendió a su oponente desde el principio y cuidó sus escasas fuerzas dejándolo a su aire desde los primeros pases por alto, siempre llevándolo a media altura para no obligarlo a humillar. Priorizó el pitón derecho y valiéndose de la movilidad del astado logró concluir algunas tandas importantes, aunque sin la debida trasmisión. Lo despachó de dos pinchazos y una estocada desprendida, para luego ingresar a la enfermería por un golpe que recibió al entrar a matar. Palmas para el torero y silencio para el toro.

El cuarto de Santa Rosa de Lima, pronto y repetidor, fue bien toreado a la verónica por Ferrera, mereciendo las primeras ovaciones. Cumplió con el caballo y en banderillas, en donde el toro mostró poder y acometividad. Ferrera lo toreó con suavidad siempre dejándole la tela en la cara para ligar el siguiente muletazo. Aprovechó que el astado humillaba para llevarlo arrastrando el hocico por la arena en muletazos de buena factura. Perdió la oreja con dos pinchazos y una estocada caída.

El último de San Pedro, reservón y probón, fue complicado de lidiar. Nunca se entregó a la pelea a pesar de los intentos de Ferrera en cada uno de los tres tercios. Abrevió con el estoque.

El Fandi siendo conducido este domingo a la enfermería de la plaza de Acho en Lima

El Fandi siendo conducido este domingo a la enfermería de la plaza de Acho en Lima

Ginés Marín tuvo una tarde de altibajos. Con "El Fandi" en la enfermería, corrió turno y lidió al tercero en segundo lugar. Aprovechó la nobleza del animal para llevarlo con estatuarios yderechazos muy ajustados, en series que no fueron redondeadas porque el burel iba perdiendo movilidad. El toro se aplomó y nada más hubo por hacer. Tras varios pinchazos y descabellos todo quedó en silencio.

Ginés se ocupó de la faena del colorado tercero de Santa Rosa de Lima, luego de que "El Fandi" ingresará a la enfermería, en donde aún permanecía Ferrera. El toro tenía peligro sordo, siempre acudiendo con la cara alta, pensando, probando sobre seguro. Ginés intentó por ambos pitones, consolidando algunas series estimables por el izquierdo, ya que por el derecho no había mayor claridad. Anduvo con cautela para evitar la cornada. Dio una gran estocada en lo alto que el toro asimiló, rehusando a doblar. Mal con el descabello y, después del tercer aviso, le guardan el toro vivo.

El quinto de Santa Rosa de Lima era un manso sin fijeza que tendía a desentenderse de las suertes. Ginés lo sobó hasta meterlo en muleta. La faena fue meritoria por el pitón derecho, logrando buenos muletazos siempre controlando a su adversario que desparramaba la vistabuscando tablas. Buena estocada, pero lo levantaron con la puntilla. Perdió la oreja tras cinco descabellos. Silencio.