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El trazo de Francisco de Manuel y dos novillos de La Quinta

El novillero madrileño firmó los mejores pasajes tanto con el capote como con muleta de una tarde en la que La Quinta lidió dos encastados ejemplares.

Francisco de Manuel a la verónica en el primer novillo de La Quinta de su lote

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Derribó en el caballo en el primer encuentro el novillo de La Quinta que abrió plaza. Después se desordenó algo la lidia. Ángel Jiménez planteó un trasteo basado en el temple pero lastrado por la sosa embestida del cárdeno. La nobleza y clase que tenía no venía acompañada de la suficiente sal para que el guiso llegase al paladar de los aficionados. Un feo bajonazo epilogó el quehacer del novillero sevillano.

Debutaba en Madrid André Lagravere “El Galo”, hijo del diestro Michel Lagravere y hermano de Michelito. El novillero mexicano tuvo en primer lugar un novillo bravo en el caballo, con movilidad y exigente al que cuajó un buen quite por verónicas Francisco de Miguel. El de La Quinta se venía al galope a la muleta de El Galo, que logró templar por momentos pero al que le faltó aplomo y mando para gobernar las exigentes embestidas de su oponente. La ovación final fue para el novillo.

Volvía a Las Ventas Francisco de Manuel, el novillero que cortó la primera oreja de la temporada madrileña allá por el mes de marzo. El madrileño cuajó un rotundo saludo a la verónica. Acompasado, jugando los brazos, templando la embestida y jugando la cintura. También en el posterior quite con las mismas armas. Se intuía faena grande, pero el de La Quinta cambió para mal en el último tercio. Metiéndose por dentro a partir del tercer muletazo, fue imposible la ligazón y dotar de largura a unos viajes cada vez más cortos. La firmeza de Francisco de Manuel sobresalió sobre el comportamiento del novillo. Un pinchazo y un estoconazo arriba dieron paso a una ovación de reconocimiento.

El cuarto fue un novillo que se dejó sin más. Sin clase ni ritmo y rajado a mitad de faena. El trasteo de Ángel Jiménez no pasó de voluntarioso porque el lucimiento era complicado con semejante material enfrente.

Otro novillo encastado fue el quinto, un animal que trajo de cabeza a El Galo. El azteca las pasó canutas para poder firmar el tercio de banderillas y muleta en mano, volvió a verse desbordado en varias ocasiones. Al natural era más claro el utrero de La Quinta, pero el joven novillero no terminó de cogerle nunca el punto a la embestida. La ovación final fue de nuevo para el animal.

El sexto permitió de nuevo a Francisco de Manuel dejar su impronta con el capote. El utrero fue de más a menos en su juego. Al comienzo de faena, el madrileño corrió con mando la muleta por la mano derecha. Sin embargo, esa exigencia no le vino bien al novillo, que comenzó a pensárselo más. Pese a la voluntad de Francisco, el trasteo se fue diluyendo. La estocada final elevó el conjunto a la ovación final que saludó.

Madrid, lunes 27 de mayo de 2019. 14ª de Feria. Casi tres cuartos de plaza.

Novillos de 

, bien presentados y de entipadas hechuras. Noble pero soso el primero; encastado y con movilidad el segundo, ovacionado; un tercero manejable pero sin finales; deslucido el cuarto; encastado y de buen pitón izquierdo el quinto, ovacionado; manejable pero a manos el sexto.

Ángel Jiménez, silencio y silencio.

El Galo, silencio y silencio.

Francisco de Manuel, saludos y saludos.

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