MADRID
Vuelta para Luis Pasero ante un notable novillo de Casa de los Toreros
El novillero madrileño dio la única vuelta al ruedo en su debut como novillero en la plaza de toros de Las Ventas.
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Mansito y saliendo suelto del caballo fue el primero de Casa de los Toreros. Berreón y con embestidas rebrincadas llegó al tercio de muleta, donde Solalito se mostró solvente en lo técnico pero diciendo poco a la hora de expresarse en lo artístico. Se lo quitó de enmedio de pinchazo, estocada y un descabello.
El cuarto lució el hierro de Montealto y resultó encastado en los primeros tercios. Después rebajó revoluciones y Solalito dio de nuevo muchos pases que dijeron muy poco. Lo mejor, la estocada con la que pasaportó al del hierro madrileño.
Con hechuras de vaca vieja y flacona salió el primero del lote del Niño de las Monjas. A su altura, tuvo nobleza y buen son el de Casa de los Toreros. El valenciano firmó muchos muletazos donde prevaleció la cantidad sobre la calidad de los mismos. Casi todo a derechas. Justo la mano que después no manejó con habilidad empuñando la espada.
Con el simplón quinto de Montealto dejó un trasteo tan largo como insustancial y se mostró de nuevo muy errático con los aceros. Llegaron a sonar dos avisos y a punto estuvo de escuchar el tercero.
Dejó muchas dudas Luis Pasero en los primeros compases del novillo de su presentación madrileña. Soltó el capote en varias ocasiones y puso pies en polvorosa. Sin embargo el novillero madrileño salió a por todas en el tercio de muleta para firmar una faena a más. Al principio hubo temple pero se echó en falta ajuste en el embroque. Todo se conjuntó más cuando se echó el engaño a la zurda. Por este lado firmó una tanda de notable trazo por largo y profundo, aprovechando las enclasadas embestidas del novillo de Casa de los Toreros. Pinchó antes de agarrar una estocada que tumbó al buen ejemplar del hierro jerezano. La petición no alcanzó la mayoría de pañuelos y Pasero dio una vuelta al ruedo como premio final.
El sexto de Montealto sacó movilidad aunque siempre tendió a embestir con el pitón de fuera en el primer muletazo de cada tanda. Luego se ordenaba más en sus viajes y permitió a Pasero dejar un trasteo largo pero de poco contenido. Esta vez se notó más el verdor del novillero madrileño. Se volcó tras de la espada y saludó una ovación final.
Madrid, domingo 7 de mayo de 2023. Un cuarto de plaza (6.210 espectadores según la empresa)
Tres novillos de
(1º, 2º y 3º), de dispares hechuras. Manejables los dos primeros y noble y con clase el tercero, el mejor del encierro; y tres más de
(4º, 5º y 6º), bien presentados aunque desiguales de hechuras. Manejables en distinto grado.
Solalito, que debutaba en Madrid, ovación y división al saludar.
El Niño de la Monjas, silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.
Luis Pasero, que debutaba en Madrid, vuelta tras petición y saludos.