¿Deberes sí o deberes no? España, el quinto país de la OCDE donde más tareas hacen los alumnos
os psicólogos consultados por COPE piden replantear las tareas, al menos en los primeros años de escolaridad

Escucha la crónica de Sandra Asenjo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los alumnos españoles dedican más de 18 horas a la semana a hacer deberes. Es una hora más que la media europea y el comienzo del curso escolar reabre el debate sobre si son demasiados y también sobre su utilidad. Los psicólogos consultados por COPE piden replantear las tareas, al menos en los primeros años de escolaridad. Muchas familias lamentan que ese refuerzo extraescolar impide a sus hijos hacer otras actividades o incluso desconectar y descansar.
Mal planteados
La psicóloga infantil, Blanca Betes, considera que el trabajo en casa no debe estar enfocado a realizar los ejercicios que no ha dado tiempo a hacer en clase, sino a crear hábitos de estudio, como repasar la lección aprendida ese día. Sobre todo, en los últimos cursos: "se debe trabajar en casa para aguantar más horas estudiando de cara a cursos superiores o para prepararse para la Universidad, pero en los cursos inferiores, debe plantearse de otra manera. Por ejemplo, si un niño tiene mala caligrafía y después de las 8 horas lectivas le mandas deberes para casa y solo hace un cuadernillo de caligrafía, no tiene ningún tipo de estimulación. Sería mejor que hiciera otras actividades manuales que desarrollen la psicomotricidad fina".
En la mayoría de los casos, los deberes consisten en terminar por la tarde las actividades que ha mandado el profesor. Según explica Betes a COPE es un error porque los niños están fuera del horario lectivo y no están supervisados por el docente, sino por los padres, que muchas veces no tienen ni el tiempo ni los conocimientos necesarios. "Esto genera agotamiento y frustración, tanto para los niños, como para los padres", subraya Betes.
Las familias, divididas
España es el quinto país de la OCDE donde más deberes hacen los alumnos, según el informe Pisa. Las familias se encuentran divididas en torno a esta cuestión. El 53% de los hogares los apoya porque creen que influye de manera determinante en el rendimiento según un estudio de la Universidad de Murcia, que refleja que la realización de tareas escolares ocupa hasta tres horas al día en la vida del alumnado.
Las madres, las que más ayudan
Los deberes recaen mayoritariamente en las madres. Ellas son las que se encargan de ayudar a sus hijos en el 82% de los casos.
María José tiene un hijo de 11 años que acaba de comenzar 6º de primaria. Su jornada lectiva se extiende desde las 9 de la mañana, hasta las 5 de la tarde. Esta madre cree que el horario escolar ya es lo suficientemente extenso como para que los niños también tengan que hacer deberes una vez terminan las clases.
"Llega a casa con trabajos, libros de lectura y, además, los deberes diarios. Si quiere estar al día tiene que dedicar, mínimo, una hora y media o dos, lo que me parece una barbaridad para el curso en el que está", cuenta a COPE. Esto limita el tiempo libre y también el poder realizar otras actividades extraescolares como, en el caso de su hijo, fútbol. "Yo creo que es imprescindible que tengan tiempo libre para practicar deporte. Mi hijo está en un equipo de fútbol y a veces no puede ni ir a los entrenamientos", relata María José.
En esto coincide Natalia, otra madre que tiene dos hijas de 6 y 10 años. "La de 6 años tiene menos, pero la de 10 lleva varios años con bastantes deberes. Depende del profesor. Tiene actividades extraescolares y se acaba acostando a las 11 de la noche. Ni descansan, ni disfrutan", cuenta esta madre que es quien ayuda a diario a sus hijas a realizar sus tareas. Natalia cree que todavía son pequeñas para tener la autonomía suficiente para que puedan hacerlos sin supervisión.
La decisión, del profesor
La decisión de mandar o no deberes recae únicamente en el profesor, a excepción de los centros educativos que han decidido eliminar por completo las tareas para casa de su plan de estudios. Mariló Domínguez es la directora del IES Dunas de las Chapas, en Málaga. Cree que el mandar o no deberes está sujeto a la libertad de cada docente.
"Yo no soy muy afín a los deberes, pero creo que la mayoría del profesorado, si manda deberes, es porque al alumno le ha quedado algo por hacer en clase", explica la también profesora de tecnología. Ella prefiere dar media hora de clase y dedicar el resto a hacer ejercicios, dinámicas de grupo o un debate. Es decir, trabajar en clase en vez de mandar ejercicios para casa. En cuanto al resto de profesores, los que sí son más propensos a mandar tareas fuera del horario lectivo, Mariló considera que el volumen de trabajo diario es asumible, pero el problema es que los alumnos no van estudiando durante la semana y, cuando tienen deberes y examen el mismo día, no pueden abarcarlo todo.
"Lo que ocurre es que el alumno no va desarrollando con los años un hábito por la tarde y esto hace que se le vaya acumulando el trabajo: Hacer deberes y estudiar. Yo tengo comprobado que los alumnos solo estudian la tarde de antes del examen", apunta la directora.
Cole sin deberes
Alba tiene 16 años y acaba de empezar 1º de Bachillerato en un colegio de Málaga donde, prácticamente a diario, tiene deberes para casa. Antes, iba a un centro de la Comunidad de Madrid en el que hace años se eliminaron las tareas. "Se nota muchísimo el cambio porque ahora por las tardes no tengo el mismo tiempo para estudiar o hacer otras actividades, pero también es verdad que los deberes ayudan a refrescar lo que has dado ese día en clase", explica Alba.
Esta alumna considera, eso sí, que se podrían mandar otro tipo de deberes que no tuvieran siempre el mismo procedimiento. Y es que como relata esta estudiante: "Casi siempre hacemos los ejercicios que vienen en la parte de abajo de la página. Podrían ser deberes más prácticos, como hacer una presentación sobre el tema, una redacción o un vídeo".