Donar la voz para que otros encuentren la suya

Estoy en lista de espera para donar mi voz. ¿Por qué he decidido hacer este gesto? La respuesta la tienes a continuación

Este es un ejemplo de sintetizador de voz con el que 10 millones de personas se comunican en el mundo

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La voz no es solo un instrumento para comunicarnos con los demás, es también una parte de nuestra personalidad y, junto con las huellas digitales, nos identifica, nos hace únicos.

Nuestra voz da sentido a las palabras que pronunciamos. Con la voz expresamos alegría, tristeza, enfado, serenidad, orgullo, a veces, hasta chulería...Unas, las voces, son más agudas, otras graves; algunas tienen un color claro, otras más oscuro; las hay que pesan y las hay que son ligeras. Y hay otras que solo están en el cerebro, no las podemos oír, bien porque la persona es muda o porque sufre algún tipo de discapacidad que le impide expresarse a través del sonido producido por la vibración de las cuerdas vocales.

Jason, estudiante del National Star College

Jason, estudiante del National Star College. Fuente Twitter

Quienes se ven privados del uso de esta maravillosa herramienta son los que más nos enseñan a valorarla y apreciarla como un don. Esto es lo que han dejado claro con sus reivindicaciones un grupo de estudiantes de la National Star College, una institución británica especializada en educación superior para personas con discapacidades físicas, lesiones cerebrales adquiridas y dificultades de aprendizaje.

La mayoría de sus alumnos se comunican a través de un sintetizador de voz, el mismo instrumento al que nos acostumbramos gracias a Stephen Hawking. Esta forma artificial de producir la voz es un sistema computarizado que cuenta con un software o un hardware, un sistema 'text to speech'-TTS- que convierte el lenguaje de texto en habla o representaciones lingüísticas de signos como transcripciones fonéticas en habla.

Ese habla sintetizada se crea a través de la concatenación de fragmentos de voz grabados que son almacenados en una base de datos. En definitiva, estos sintetizadores del habla son sistemas de comunicación de alta tecnología que producen una 'voz' partiendo de un texto, permitiendo a aquellos sin voz natural o dificultades de comunicación, expresarse.

En el mundo, hay diez millones de personas que utilizan, para poder hablar, un sintetizador. En el Reino Unido, 6.000 jóvenes dependen de estos medios de comunicación para poder alzar su voz, para hacerse oír. En el National Star, el 22 por ciento de sus alumnos se sirven de un dispositivo para expresarse.

Pero, pese a ser un sistema de gran utilidad que permitió al mismísimo Hawking explicar sus teorías, dar clases e interactuar con sus alumnos, impartir conferencias, participar en programas de televisión y conceder entrevistas, las voces grabadas suenan muy enlatadas, iguales para todos, sin tener en cuenta si eres hombre o mujer, joven o adulto; porque tener un sintetizador con una voz personalizada es caro, no menos de 500 libras, un precio que no todo el mundo se puede costear.

Ted, Nathan, Talia y Jack piden voces apropiadas a su edad

Ted Barnard-Edwards, Nathan Groves, Talia McDowell y Jack Smith son alumnos de la National Star, para expresar sus emociones, contar sus problemas, para comunicarse con sus amigos para sus estudios necesitan un sintetizador. Los que tienen producen una voz con la que no se sienten identificados porque no son apropiadas para su edad y ni siquiera tienen el acento de su región, el acento con el que hablan su familia, sus amigos.

"No suena como yo", dice Talia, "soy de las afueras de Larne, en Irlanda del Norte, pero los únicos acentos irlandeses disponibles son el sur de Irlanda, que es completamente diferente y solo escuchándome a mí mismo ahora sueno como una muñeca de aul (o anciana si no lo entendiste) - y ¡Solo tengo 19 años!".

Nathan, de 22 años, tiene en su sintetizador de voz un acento galés genérico, pero a él que es de Cwmbran quiere que su voz suene como hablan los del sur, "soy de Cwmbran, la mayoría de las personas donde vivo tienen un acento que no suena como esta voz. Me hace sonar como un hombre de mediana edad ''.

"'Sueno aburrido y no como mi familia. Soy de Wolverhampton, el País Negro" dice Jack de 22 años y Ted, de tan solo 17 años necesita que "la gente sepa que soy yo quien habla", por ello le gustaría tener un acento de Berkshire, "mi propia voz ayudará a las personas a reconocerme. ¡Especialmente cuando recibo mi medalla en los Juegos Paralímpicos!" ( Ted es jugador de bochas, un deporte muy similar a la petanca).

Las reivindicaciones de Ted, Jack, Nathan, Talia las vieron miles de seguidores de 'The One Show' un programa de la BBC que se emite todas las semanas desde hace trece años.

'The One Show' encontró un donante de voz para Jack que ahora usa con orgullo su acento Black Country en su dispositivo AAC- Advanced Audio Coding, en inglés- y cientos de personas respondieron a la llamada del programa ofreciéndose para encontrar voces para los otros tres estudiantes y la BBC volverá a National Star más adelante en el año cuando Nathan, Ted y Talia tengan su propia voz única.

Ahora puedes donar tu voz

Desde la emisión del programa de la BBC, al National Star están llegando miles de propuestas de personas que quieren donar su voz. El College tiene de momento cubiertas las necesidades y pide a aquellos que quieran ser donantes que estén atentos a sus redes sociales para cuando se necesiten voces, específicas, en un futuro.

De momento ha creado un Fondo de Tecnología que financia proyectos como este y otras tecnologías que mejoran la vida y que permite a los jóvenes con discapacidades complejas tener voz, acceder al aprendizaje y controlar sus entornos.

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