Esta es la curiosa razón por la que todos los ascensores tienen que tener espejos: no son para mirarte
No tiene nada que ver con una razón estética y te contamos por qué ha de ser así
Madrid - Publicado el - Actualizado
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1854. Ese es el año en el que los ascensores, más o menos como los conocemos, fueron inventados. Y sí, para ser más sinceros, es uno de esos inventos que nos ha cambiado la vida y sin el que no podríamos vivir. Nada más piensa en todos esos ancianos que viven en pisos más o menos altos y no pueden subir las escaleras de forma fluida.
Sí, un ascensor arregla muchas vidas y por eso, es raro ver un edificio que no tenga ascensor, cuando no son varios. Porque es posible que, sí, en algún edificio haya hasta un ascensor montacargas. Sea como sea, seguro que te has fijado en que prácticamente todos los ascensores son iguales.
Independientemente de dónde estén colocados, lo cierto es que la mayoría tienen colores cálidos o fríos y un espejo. Sí, no son pocos los que utilizan este elemento para mirarse, peinarse o retocarse el maquillaje, pero lo cierto es que están puestos de forma estratégica por una razón.
Y es que se trata de un motivo psicológico, ya que se busca que puedan ser todos los que utilicen el ascensor, independientemente de sus fobias. Porque a muchas personas les entra claustrofobia (miedo a estar en espacios cerrados) y les puede llegar a provocar un ataque de ansiedad.
Por ello, los espejos están estratégicamente colocados para generar una ilusión óptica que dé amplitud al espacio. Además, si se ponen en las paredes laterales, puede crear la sensación de muchísima más amplitud.
Ojo, porque hay una segunda razón, y es la de proporcionar seguridad a todos los viajeros, y poder ver qué pasa en todo momento desde todo ángulo.
Se trata de un joven venezolano que trabaja como repartidor en Zaragoza y que, a través de su cuenta de TikTok, va contando sus peripecias como rider, que dejan anécdotas que generan miles de comentarios.
Y entre ellas, ha contado una que no ha dejado indiferente a ningún seguidor suyo, precisamente por lo que narraba. Hablaba de una de las casas a las que tenía que acudir a repartir comida, siendo un edificio que generaba mucho miedo.
Cuando iba por las escaleras, se dio cuenta de que la casa donde tenía que dejar la comida, estaba totalmente "rota". Y es que la puerta de la casa estaba rota, ladeada, y prácticamente derruida. "El trabajador de repartidor es fácil, decían" contaba el repartidor, que, además, apuntaba a que no es, ni mucho menos, el peor portal en el que ha estado.
Los comentarios no se hacían esperar y explicaban cómo "ni loco" entraban en ese piso.