Huesos de santo, buñuelos y otros dulces no tan populares para el Día de Todos los Santos

Este 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, cuenta también con una tradición gastronómica: los deliciosos dulces con los que celebramos este día. A los ya populares huesos de santo o buñuelos hay que añadir otros, que no por ser menos conocidos, son menos tradicionales.

Por eso, en COPE.es, te damos a conocer las recetas de los cinco dulces más típicos para el #DíaDeTodosLosSantos.

Huesos de santo, buñuelos, panellets, pestiños o pan de muerto conforman nuestro ‘top cinco’ mundial de dulces para el Día de Todos los Santos.

HUESOS DE SANTO

Para conocer uno de los dulces más típicos viajamos hasta Toledo, concretamente a uno de los obradores más antiguos y de tradición familiar de toda España en la elaboración de mazapán y confitería: ‘San Telesforo’.

Nos explican que los huesos de santo “son unos dulces que se obtienen de rellenar un canutillo de mazapán con diversos rellenos como yema confitada, crema de chocolate blanco o negro, cabello de ángel, mermeladas de frutas (manzana, fresa, limón, naranja, etc.)”

¿Cómo elaboran el canutillo de mazapán? “Lo hacemos estirando la masa de mazapán, que aquí en Toledo lo hacemos de almendra y azúcar al 50%, haciendo un trazo rayado, cortando en tiras y envolviendo una varilla, cortando posteriormente al tamaño del hueso. Una vez seco el mazapán ya se puede rellenar al gusto”.

Como nos cuentan, los huesos de santo tienen diferentes rellenos, pero desde ‘San Telesforo’ aseguran que “la estrella siempre es el clásico de relleno de yema confitada que tiene el color blanco del mazapán por fuera (como un hueso) y el amarillo de la yema por dentro (como si fuera la médula)”.

BUÑUELOS

Continuamos con nuestro viaje gastronómico hasta Granada para conocer de cerca una de las pastelerías-panaderías más emblemáticas de esta ciudad andaluza: ‘Pastelería El Sol’. Un agradable local en el que disfrutarás saboreando sus artesanales y deliciosos dulces.

La propuesta de ‘Pastelería El Sol’ son los clásicos buñuelos para este Día de Todos los Santos.

Ingredientes:

Agua

Manteca de cerdo Ibérico

Harina

Huevos

Preparación:

Ponemos en ebullición el agua con la manteca de cerdo, una vez llegado a ese punto incorporamos la harina hasta llegar a formar un ROUX.

Se incorpora, a esta preparación, los huevos poco a poco hasta formar una pasta.

Se escudillan en placas pasteleras y se hornean.

Luego se rellenan, nuestros rellenos pueden ser de crema pastelera, chocolate y cabello de ángel.

PANELLETS DE PIÑONES Y CORAZÓN DE MAZAPÁN

Uno de los dulces típicos en Cataluña para esta fechas, aunque también se ha extendido la tradición de hacerlos y consumirlos en Aragón, Comunidad Valenciana o Baleares.

El panellet es un dulce contundente y de sabor muy intenso. Aunque su tamaño es pequeño y su peso no supera los 25 grs. se recomienda comerlo en dos bocados, disfrutando de sus texturas y sabores.

En la panadería y pastelería ‘Crustó’ los elaboran de manera artesanal y manuela, haciéndolos y formándolos de uno en uno en el obrador. Aquí usan la receta tradicional, que tiene como base el mazapán, elaborado con almendras, azúcar y huevos. Se cubre con piñones y se baña en clara de huevo almibarada con azúcar.

Además de los panellets tradicionales de piñones, tienen otras especialidades de distintos sabores. La base es igualmente de mazapán y a ella se le añaden esencias y coberturas diferentes: almendra, cacao, limón y fresa; y se presentan con diferentes formas y colores, que ofrecen un aspecto muy colorido y vistoso en las vitrinas de la pastelería estos días.

¿Cuál es la tradición del panellet?

Origen religioso del siglo XVIII. Es difícil establecer el origen concreto de los panellets, aunque al tratarse de un dulce cuya base es la almendra, todo apunta a que es un dulce árabe que se elaboraba en la zona desde siglos atrás. La tradición de los panellets está relacionada directamente con antiguos cultos funerarios, donde se tenía la costumbre de elaborar comida y llevarla hasta la tumba de los difuntos. Se sabe que desde el siglo XVIII los payeses elaboraban este postre litúrgico en sus propias casas, aprovechando los frutos secos recolectados en otoño, y los consumían una vez eran bendecidos en las iglesias.

En el año 2002, el panellet obtuvo el sello europeo de calidad alimentaria, convirtiéndose en el primer producto elaborado en Europa en conseguir este prestigioso galardón. A fecha de hoy, solamente hay 4 productos españoles que pueden presumir de contar con él: los panellets, las tortas de aceite, el jamón serrano y la leche de granja.

Aunque los panellets suelen relacionarse como un dulce tradicional de Cataluña, también son típicos de otras comunidades autónomas como Aragón, Valencia, Baleares, así como también del Principado de Andorra.

Se consumen los días 31 de octubre y 1 de noviembre, en la fiesta de Todos los Santos y que en Cataluña coincide con la tradición de la Castanyada.

PESTIÑOS

Este dulce es de los más típicos tanto en Semana Santa como en Navidad sobre todo en Andalucía.

El pestiño es una masa de harina fina que se fríe en aceite de oliva y que, aquí viene la discordia, puedes bañar en miel o espolvorear con azúcar.

Una sencilla receta en la que empezamos haciendo la masa de harina para lo que necesitamos un bol en el que vertemos vino, matalauva, sal, ralladura de limón, aceite de oliva y mezclamos y amasamos hasta conseguir una pasta homogénea. Hay quienes también echan ajonjolí a la masa.

Una vez conseguida la masa, cortamos en cuadrados y le damos forma para freírlos. A la hora de servir los podemos hacer con miel o azúcar.

PAN DE MUERTO

Abandonamos España para viajar a México, uno de los países en los que se vive una gran tradición el Día de los Muertos, que tiene lugar entre los días 1 y 2 de noviembre. Una fecha Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO que tiene sus propios iconos e incluso trascienden más allá de la propia celebración en la que se rinde homenaje a los difuntos que durante esa fecha regresarán al mundo de los vivos para poder reunirse con sus seres queridos. Este es el motivo por el que en cada casa se crea un pequeño altar con el que darles la bienvenida y en el mismo coloca una ofrenda que siempre incluye la comida y bebida favoritas del fallecido, calaveras, cruces, flores, fotos e incluso juguetes, ropa y joyas. Las familias acuden juntas a los cementerios donde colocan velas para iluminar el regreso de las almas a casa y una vez de vuelta a sus hogares se preparan para degustar una comida tradicional en la que el producto más representativo es el pan de muerto..

El dulce tradicional para esos días es el llamado ‘pan de muerto’ que es una especie de brioche y roscón en forma de hogaza.

Así lo preparan en ‘Levadura Madre’:el dulce se prepara a base de harina, huevos, mantequilla, leche, azúcar y ralladura de naranja. “Su sabor está a medio camino entre un brioche y el roscón de reyes, pero lo que distingue al pan de muerto es un particular forma de hogaza sobre la que se colocan unas tiras que simulan huesos, un copete para hacer las veces de cráneo y se espolvorea con azúcar coloreada de color rojo o bien una mezcla de azúcar y canela que hace las veces de sangre. Actualmente es fácil encontrarlo relleno de multitud de cosas, desde nata a crema pastelera o trufa o incluso nutella, pero el dulce de toda la vida, no lleva ningún tipo de relleno”.

Hay tantas recetas como estados en México y en cada lugar le dan un toque particular: algunos solo llevan azúcar, otros se barnizan de huevo y semillas de sésamo, otros se tiñen de color rojo… esta forma redondeada con los huesecillos representando un cadáver y el azúcar espolvoreado es lo que hace del pan de muerto su característica más definitoria.